El sankalpa y la imagen

Parte de los alumnos de la clase se habían soliviantado. Eran, claro, los hombres, los dos únicos hombres que acudían a las sesiones de yoga nidra donde las mujeres eran más flexibles y mayoritarias. La cuestión para el debate era sencillamente si la frase del sankalpa podía sustituirse por una imagen como propuso el hombre A. La profesora arguyó que la frase era la frase y que era preciso identificarse con ella, mientras que la imagen podía ser un bello paisaje que estaba ahí, muy bonito para ser evocado pero poco efectivo para crear un "acto de voluntad". Las palabras tienen mucho poder y es más sencillo identificarse con ellas que con una imagen capaz de relajarte pero no mucho más. Dijo.

El hombre "B", que parecía un listillo, argumentó que a su juicio (de listillo) la imagen, que identifica o significa las palabras, no sólo resulta perfectamente válida sino que forma parte ineludible del siguiente paso avanzado en la siembra de ese acto de voluntad. Dijo que era como en el arte: cuando una corriente estética como el realismo o el impresionismo se agotan por la repetición de una ambición estética concentrada en la mímesis o la copia del objeto, llega el simbolismo o el cubismo para sintetizar la idea y así "soy un ser de luz" se trasforma en la imagen conceptual de la luz. De forma que la emoción, tantas veces repetida en su ropaje o arquitectura de lengua, se desnuda, brilla y se instala al fin como una realidad íntima, lista para ser real en el momento real como el germen que ilumina una nueva habitación y amplía la oscura casa que habitamos.

No contento con eso, el hombre "B" sacó un cuadernillo donde había apuntado una frase de Juan Gris en torno a su propio proceso creativo: "Yo trabajo con los elementos del espíritu, con la imaginación, trato de concretar lo que es abstracto, voy de lo general a lo particular, lo cual quiere decir que parto de una abstracción para llegar a un hecho real. Mi arte es un arte de síntesis, una arte deductivo...".

Y añadió el hombre "B": la frase abstracta debe transfigurar en una imagen real porque de otra forma siempre nos andaremos por las ramas de los bien intencionados y no alumbraremos la...

En ese momento se escuchó un fortísimo ruido que hizo temblar los forjados de la sala vaporosa y sutil donde flotaba el espíritu del yoga nidra. Las primeras grietas comenzaron a dibujarse como rayos de yeso en las paredes contiguas al gimnasio de los hombres forzudos.

Pradillo