Todo es cuestión de tiempo

Estudiar a los 50 no es tan mala idea como pensaba, descubrir y fundar nuevos territorios de tu propia mente es cuestión de tiempo, como todo. Hace un mes comencé un máster de ciencia de los datos (informática y estadística del nuevo mundo conectado a internet) y, la verdad, pensé que simplemente no podría hacerlo. De hecho, aún no puedo hacerlo, hasta el momento sólo he llegado a ser consciente de mi ignorancia, pero también de hacia dónde (y por dónde) debo avanzar para superarla.

Recuerdo bien la primera vez que me enfrenté a una situación así, saber que te has topado contra un muro alto, muy alto, tanto que es posible que nunca lo puedas escalar. Fue con una asignatura que daba miedo sólo pronunciar su nombre: Econometría... horror!. Pasé días y noches mirando aquellos problemas indescifrables como un zombie, escuchando a mis compañeros decir que entendían esto y aquello, y yo asentía como un lelo, pero no me enteraba de nada. Alargué aquel suplicio lo que pude, hasta que tuve que aceptar mi fracaso. Lo reconocí ante todos: no entiendo nada!, no entiendo por qué!, ni para qué!. Y me fui a dormir, agotado.

A la mañana siguiente, mientras me duchaba empecé a pensar en el problema, pero no en su conjunto sino a trozos. Los trozos no tenían ningún valor, eran como un pasatiempo. Aún así, con el pelo mojado y el café servido, me senté en la mesa y me puse con el primer trozo, no tenía nada que perder, la presión se había ido. Prueba y error, prueba y error, prueba y error, hasta que lo resolvÍ. Levanté la cabeza y miré el cielo a través de la ventana pensando que no había costado tanto. No vi nubes, era de noche, habían pasado 8 horas desde que me senté en la mesa, y entendí que TODO era cuestión de tiempo.

La indulgencia que uno debe darse a sí mismo es la medida de nuestra paciencia y tolerancia hacia los demás. A mis 50 años, me cuesta ser paciente. Estudiar me viene bien.

Les dejo con un tema de Silvio Rodríguez sobre descubrir y fundar, la Fábula de los Tres Hermanos. Que tengan un provechoso fin de semana, yo seguiré estudiando.

Manuel Ortega