Escarbaduras

Cual gallina en gallinero propio voy escarbando entre cosas que me van saliendo al paso, no peso, de los días. Escarbando, de escarbar, cómo no y de ahí, escarbaduras: acción y efecto de escarbar; rayar o remover repetidamente la superficie de la tierra, ahondando algo en ella, según suelen hacerlo con las patas el toro, el caballo, la gallina (como empezaba)… Y de escarbaduras a escaramuzas, dos pasos al menos gramaticales, como aquel que dice. Riñas, disputas o contiendas de poca importancia; así son designadas las escaramuzas que, no otra cosa que verbales, son las de Antonio Martínez Sarrión y su libro con este nombre ahora publicado. No "escaramozas", como podría decir el gran Coll; "farfollar" por farfullar, etc. etc. Se trata de un dietario, que lleva precisamente este título, "Escaramuzas", que no batallas, escritas entre 2000 y 2010, algo así como pensamientos notables, más o menos, plasmados a diario o casi, más o menos. Yo particularmente prefiero (y supongo que el mismo Sarrión también), el término más amplio de la palabra, las escarbaduras a las escaramuzas, aunque como título ambos son muy de mi gusto. "Claridad, concisión, elegancia y humor por la mejor literatura", lo defiende a capa y espada (pero sin sangre), este texto casi literal es de su absoluta propiedad y yo estoy con él, con el maestro Sarrión, que también acaba de hacer públicos nuevos versos en su "Farol de Saturno", así de bellos: "El fuego del pastor durará lo bastante / como para entregar el relevo a la aurora / sin que se note el tránsito." Para mí una gran escaramuza/escarbadura.

Y otras más, presto a ir acabando: "amar y amigar"; "La vejez comienza cuando no hay proyecto"... Son pensamientos póstumos del psiquiatra y académico que no hace mucho nos dejó, Carlos Castilla del Pino. Se contienen en su libro titulado "Aflorismos", sí, no me he equivocado, con la letra ele, pues pretenden ser y muchas veces lo consiguen, como voces lúcidas y flores hermosas al mismo tiempo. Algo muy difícil, en mi opinión, pero que bien consigue Castilla del Pino sin escabullirse ni un milímetro de la realidad más dura y directa. Sus "Aforismos", perdón, "Aflorismos" creo que, en definitiva, tratan de parecerse a escaramuzas y/o escarbaduras contra la muerte, ni más ni menos. Y aquí no puede ser más total el andaluz.

Nicasio Sanchís