ROTH, COETZEE, PAMUK… MI PADRE…

Miro la luna y recuerdo escritos del americano Roth, del sudafricano Coetzee y… sobre todo, del turco Orhan Pamuk… su bello libro "El museo de la inocencia" y, especialmente, "La maleta de mi padre". Y ahora escribo de mi propio padre que, evidentemente, no es el de Orhan. Las maletas de mi padre, fotos y cajas escondidas en los desvanes. Trasteros atiborrados de los objetos más insospechados, muebles destartalados, cántaros de vino, leche o aceite. Un trastero como tantos, atestado de cosas supuestamente inútiles, o no tanto. Todo es cuestión de saber buscar y, entonces, a lo mejor encontrar "tesoros" de la infancia, de la suya, de mi padre y hasta incluso con el correr del tiempo, de la mía.

Cosas del escritor turco y de la maleta de su padre que, para él, contenía lo más insólito, seguro, que nunca haya podido encontrar en ningún otro lugar. Y también cosas mías y de las maletas de mi padre. ¡El gran Pamuk y el grande de mi padre, claro que sí!

Pero, antes de algunas frases de Roth, Coetzee y Pamuk, decir que sigo viendo la luna y disfrutando con ello. Empieza a correr el aire por mis piernas y me alegra. Las luces de la ciudad las tengo al fondo, frente a mí, junto a una gran pradera muy verde y escasa de cobertura de móvil. Bebo agua fresca y envío mensajes a seres queridos, tan queridos para mí como osos que se amaran en su guarida de invierno, y aquí me gusta quedarme con esta imagen. Aunque todavía es verano y ya van las frases prometidas: Philip Roth escribe en "El animal moribundo": "Siempre que no te invada la nostalgia, vivir en soledad puede ser un placer intenso…". J.M. Coetzee, en "Verano": "…el amor significa ser capaz de abrir tu corazón al ser amado". Y Orhan Pamuk, en "El museo de la inocencia": "…la felicidad pura en este mundo solo puede conseguirse abrazando a alguien…".

Nicasio Sanchís