El hematoma subungueal

De estos días en que se te caen las cosas y, por mucha paciencia que tengas, los objetos se rebelan, protestan, desobedecen, ruedan las naranjas y un vaso de la alacena impacta en mi dedo gordo de la mano para romperse luego en el suelo de la cocina. Recojo los cristales mientras me chupo el dedo y descubro un hematoma en el interior de la uña. Voy al doctor Uña y me dice que no es nada, que se pondrá negro y que irá creciendo con la misma hasta llegar a la parte de arriba y desaparecer con el cortamismas uñas. No me gusta esa mancha negra, la odio, pero tengo que convivir una temporada con ella en la que compruebo el lento pero inexorable paso del tiempo, reflexiono. Han pasado muchas cosas desde entonces, Garbiñe ganó Wimbledon y mi sobrino, Gabrielito, fue clasificado con honores merecidos como el mejor alumno de máster por su trabajo sobre la resistencia a los antibióticos por parte de avispadas bacterias. Las piernas de Petunia se han estilizado gracias al aeróbico y a su tesón, vamos equipo, vamos Petunia; Brenda cuida niñas que se atreven a ser cuidadas por Brenda. No, en serio, lo hace muy bien y un día, pasa todo esto y otro día compruebo que la mancha negra ha llegado al filo y ya está a punto de desparecer igual que el sol emerge cada mañana y luego se pierde y entonces llega la calurosa noche.

Kimi