Ecologistas en Acción alerta del "maltrato" al toro en los encierros y del "miedo" vecinal a denunciar

El área animalista de Ecologistas en Acción de Guadalajara quiere alertar sobre el maltrato al toro en muchos de los encierros por el campo que con motivo de las fiestas patronales se celebran cada año en numerosos pueblos de la provincia y de la región, y del "miedo" que hay entre los propios vecinos de estos municipios a denunciar ante posibles represalias.

   El responsable del área animalista de Ecologistas en Acción en esta provincia, Javier Ballesteros, ha denunciado el hecho de que "ni siquiera con las leyes en la mano, en la mayoría de los encierros se respete la normativa", en referencia concreta al "incumplimiento" específico de algunos de los artículos del Reglamento Taurino de Castilla-La Mancha.

   Ballesteros ha animado a los ciudadanos concienciados con esta cuestión a denunciar los hechos, aun reconociendo --ha dicho-- que las denuncias no suelen tener mucha efectividad y que ellos tienen pocas posibilidades de ver todo tipo de situaciones porque "no somos bienvenidos y existen pocas denuncias porque existe coacción".

   Incluso se ha referido a las represalias que en su día se adoptaron contra un miembro de Ecologistas en Acción tras un encierro en Galápagos, al que según ha asegurado, "se le llegó a quemar el coche, y ahora, cuando empiezan las fiestas de su pueblo, prefiere irse".

MIEDO Y COACCIÓN

   Según este responsable de Asuntos Taurinos, la mayoría de los municipios en los que se celebran estos encierros suelen ser pequeños y "aunque hay gente que está en contra de estos actos, no quieren denunciar por miedo y coacción".

   Ballesteros ha asegurado que hay pocas multas y las que se ponen suelen ser de oficio, por lo que considera que denunciar, aunque sea por vía administrativa, resulta complicado, algo que considera "muy lamentable".

   De hecho, según ha precisado, todavía están a la espera de la denuncia administrativa que se interpuso ante la Junta de Castilla-La Mancha el pasado año a raíz de que un toro casi invadiera la A-2 durante los festejos taurinos de la pedanía de Iriépal, en Guadalajara, de la que ha indicado que aún no saben nada, sospechando que, tal vez, "se haya traspapelado".

CONSECUENCIAS NEGATIVAS

   Ballesteros espera que no se tenga que producir una tragedia para valorar estos hechos. También ha lamentado las consecuencias negativas que estos eventos pueden tener también en la seguridad de las personas, convencido de que tampoco se da en muchos de los festejos, en referencia en este caso a los últimos heridos registrados en varios espectáculos de en la provincia, dos de los cuales aún parece ser que se encuentran ingresados, ha incidido.

   "Pensamos que al margen de los motivos éticos que encontramos para que no se celebren este tipo de eventos, también creemos que no se suelen cumplir las medidas de seguridad", otra razón por la cual, para Ballesteros, no debería haber encierros.

   "En nuestra organización nos oponemos a la celebración de cualquier acto en el que se haga sufrir al animal y la tauromaquia es un acto cruel que no debería de existir", ha puntualizado este responsable, para quien el Reglamento regional deja claro que en los festejos taurinos populares recoge que quedan prohibido herir, pinchar, golpear o tratar cruelmente a las reses, algo que bajo su criterio no se da, "y sólo hace falta consultar las redes sociales".

   Además, para Ballesteros, la tortura animal ya empieza por el propio traslado de la res, considerando que el estrés que sufre es "tremendo", reclamando otro tipo de diversiones "sanas" en vez de este tipo de eventos "en los que no haya que torturar a un animal".

   Guadalajara es una de las provincias de la región en la que se celebran más encierros taurinos con motivo de las fiestas patronales.