La "cantera" del Partido Popular

Se ponen de moda determinadas palabras o construcciones lingüísticas, que se utilizan para dar a conocer la capacidad intelectual de los sujetos, pero en la correcta utilización del sentido de la expresión, es donde se ve el grado cultural de quien las pronuncia.

Ayer presumía Cesárea Arnedo (diputada del PP en las Cortes Regionales), de tener "una cantera" de candidatos disponibles para el supuesto caso de que se hiciese realidad el adelanto de las elecciones en la región. Como es obvio, Iniciaba la lista de su cantera con Cospedal y según sus palabras "muchos más" de quien no podemos adivinar sus nombres, porque a juicio de lo que se puede apreciar desde la perspectiva del hombre y la mujer de a pié, la hegemonía regional popular, la monopoliza íntegramente la ministra de Defensa, que multiplica las horas de sus días para estar pendiente de todo aquello que requiere su presencia, y entendimiento.

Es habitual escuchar la palabra cantera a los entrenadores de fútbol, o a los presidentes de los equipos, porque para ellos sus jugadores son elementos que deben sobre todo "entrenar" para hacerse fuertes. Pero que un partido político diga que tiene una buena "cantera de candidatos" a presidir una región, es lo mismo que decir que tiene un montón de "novatos" que necesitan golpes y entrenamiento para hacerse presidentes.

Por otro lado, si tenemos en consideración que de la cantera normalmente sale mármol, granito, calizas y pizarra, quizá entendamos mejor de que hacen con posterioridad su maquillaje. De lo que no cabe ninguna duda, es que cuando una cantera termina su vida útil, se pueden originar problemas de contaminación ambiental, lo que podría ser traducido en esas guerras "intestinas" por la lucha de poder. Desde este ángulo, tal vez lo que nos ofrece la señora Arnedo coincide con la realidad política de su partido.

Desde luego lo que los ciudadano NO QUEREMOS es que nuestras instituciones sirvan de probeta de ensayo a ningún gran profesional potencial. Lo que queremos es que haya en nuestros órganos de poder político auténticos profesionales, que sepan sacar adelante los designios de su tierra, sin dejar de contemplar el sufrimiento y la precariedad de algunas de sus gentes.

Los ciudadanos queremos políticos-personas, no políticos-rocas.

elObservadorDCLM