"Vivaway" (¿O era viva guay?) Un regalo de Rato a los británicos

Resulta paradójico que una empresa se llame VIVAWAY (o tal vez era viva guay) y del todo vergonzante que su propietario sea Rodrigo Rato. Es una tomadura de pelo a los ciudadanos españoles. A partir de mañana, la propietaria de esta empresa será la corona británica.

Hubiese sido suficiente con que Rato hubiera llevado las cuentas de su empresa “muerta” o “de mentira”, de la misma forma  en la que la creó, para que ese dinero  (6.400 millones de euros en 2014) hubieran vuelto a España de donde jamás debió salir. Hubiera podido hacer un pago a la Hacienda Española por todo lo supuestamente defraudado, o tal vez dar de comer a algunos niños, ancianos, o rescatar mendigos, mejoras en hospitales, o construcción de nuevas escuelas.

El Reino Unido ya le avisó el pasado mes de diciembre de la disolución de su empresa “Por haber incumplido por un periodo prolongado las normas mercantiles para seguir operando en el Reino Unido”. De esta manera Vivaway pasará a ser de los ciudadanos británicos.

Pero este país sabe bien quien es Rodrigo Rato aunque, tal vez, para aquellos que tienen memoria de pez, conviene recordarlo.

No es necesario avanzar mucho en nuestro texto constitucional, basta con llegar al artículo 31, para comprobar que uno de los deberes de los españoles es la contribución al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad. De sobra es sabido que esa contribución se hace a través de nuestros impuestos, donde tal como puede comprobarse ha de pagar más quien más tiene, o al menos así debería haber sido. Tal es el mandato constitucional, y tal es la obligación que tiene de prestar sus conocimientos y buen hacer el Ministro de Hacienda de turno que tiene bajo su responsabilidad el cumplir y hacer cumplir la ley, en lo que a este campo se refiere.

En nuestro país, teníamos un súper-ministro de Hacienda, que  fue vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía entre 1996 y 2004, durante el Gobierno de José María Aznar. Ocupó el cargo de director gerente del Fondo Monetario Internacional hasta su dimisión el 19 de junio de 2007 (cuando se comenzó a sentir la crisis en nuestro país); dirigió el grupo financiero Bankia entre 2010 y 2012 (en plena crisis) y actualmente desempeña el cargo de consejero asesor para Latinoamérica y Europa de Telefónica. El 16 de abril de 2015 fue detenido y puesto en libertad, tras varias horas de registro de su domicilio por la Agencia Tributaria (AEAT), por los supuestos delitos de FRAUDE, ALZAMIENTO DE BIENES Y BLANQUEO DE CAPITALES.

Veinte años representando directa o indirectamente la economía de España de la misma manera que pisaba el caballo de Atila. Veinte años de supuesto o presunto enriquecimiento ilícito que, como elefante en cacharrería, ha conseguido, sin embargo y de momento,  evadir la prisión… y ¿cómo lo ha hecho?, pagando una fianza. ¿De dónde ha salido el dinero de esa fianza? pues presuntamente de todo ese dinero defraudado que le ha hecho poseedor de 112 inmuebles y más de 40 cuentas corrientes bancarias, con los que pudo permitirse pagar 18 millones de euros.

Pero esto nos induce a una reflexión. Ante tanta especulación inmobiliaria… y tanta propiedad inútil, cuya utilidad no va más allá de seguir engordando sus cuentas en Suiza, o en Gibraltar... ¿Esto es proporcionalidad? Un hombre con esta cantidad de bienes, al que no vamos a sumar su salario mensual, ni lo que cobra como político o miembro de los Consejos de Administración a los que pertenece ¿por qué defrauda a Hacienda?. Simplemente, por “chulería.

Acaso lo mejor sea que comience por devolver todo lo que ha defraudado a los españoles, porque seguramente así aprenderá a hacer presupuestos domésticos, de los de diario. Simplemente que devuelva lo que no le corresponde tener, antes de que la corona británica o cualquiera de los gobiernos de los lugares donde atesora sus cuentas (Suiza y Gibraltar, entre otros) le sigan restando capital, que en realidad es de los españoles. Aunque tenga que aprender  a racionar comidas, compras y viajes. Tal vez así aprenda lo que es quedarse sin vacaciones por falta de presupuesto (entonces  querrá que aporten más a la Hacienda Pública, los que más tienen). Porque creo que a pesar haber estudiado  con los Jesuitas de Chamartín y haber comenzado la universidad en el ICADE, tras licenciarse  en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, y obtener un máster en Administración de Empresas por la Universidad de Berkeley en California, y aunque se haya doctorado en Economía Política por la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense de Madrid… aunque haya hecho todo eso…solo nos ha demostrado una cosa… que sus conocimientos solo los aplicó en su propio beneficio. A todos nos ha quedado claro que no tiene capacidad para ostentar un cargo público, aunque siga siendo consejero de Telefónica en Latinoamerica. 

Dclm.es