Certidumbre e incertidumbre

Se escucha a menudo hablar en la calle sobre la recuperación económica y existe una predisposición generalizada a no dar mucho crédito, a no creer que se trata de una tendencia realmente sólida. Pronto deriva la conversación hacia la subida de los precios de la vivienda y que de nuevo los bancos están concediendo hipotecas. Siempre se recuerda la burbuja y se argumenta que los sueldos no han subido, ni tampoco los empleos se han consolidado. Ese es el escenario. Eso es lo que muchos piensan.

Vienen los expertos a Castilla-La Mancha y aseguran que el PIB de nuestra región crecerá este 2017 un 3,4% y un 2,9% en 2018, lo que permitirá la creación de unos 34.000 empleos en el bienio. La otra buena noticia para Castilla-La Mancha es que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) considera factible que nuestra región cumpla el objetivo del déficit público para 2017, cifrado en el 0,6% del PIB. Se considera muy improbable que otras comunidades, como Cantabria, Extremadura, Valencia y Aragón, puedan cumplir este objetivo. No existe duda alguna sobre el buen trabajo que, en este sentido, está realizando el actual gobierno de Castilla-La Mancha.

Como datos positivos de la situación general en nuestra región se aporta el entorno internacional, el crecimiento de la demanda interna, los precios moderados del petróleo, el aumento del turismo o la compra de vehículos. También crece la venta de viviendas aunque el margen de recuperación del sector es aún muy grande, debido a la enorme bajada de los precios tras la burbuja.

Como datos negativos aparece la incertidumbre del Brexit, posibles subidas de los tipos de interés y de la inflación, una probable desaceleración del sector turístico, el aumento de los precios del petróleo y que el índice de endeudamiento público y privado es aún elevado. Se añade también la incertidumbre sobre la política económica.

Y un dato muy interesante. Los expertos se preguntan "¿cuánto más podría haber crecido la economía de Castilla-La Mancha en un entorno en el que el deterioro de la confianza no se hubiera producido", un deterioro de la confianza marcado en buena medida, en el caso de la región, por el retraso en la aprobación de los presupuestos regionales. Los economistas autores del estudio no ofrecen datos concretos pero si comparativos estimados en un cinco por ciento.

Si en la calle no se da mucho crédito a la solidez de la recuperación, se empieza también a pensar que tampoco la economía española ha cambiado mucho realmente y que los ciclos económicos sufren sorprendentes huracanes y periodos de bonanza. Y que ni siquiera los expertos son capaces de llegar al fondo de los verdaderos motivos de tales vaivenes...

En definitiva, entre la certidumbre y la incertidumbre, vivimos el día a día, con cierta confianza y con cierto escepticismo.

elObservadorDCLM