Festival de poesía Arriversos 2017: Intensidad poética con Iglesias y Chain (Fotos)

Oscuridad y luz como dos caras de la misma moneda, amor y desgarro, voz hablada y voz cantada son los ingredientes con los que la poeta y actriz Gracia Iglesias y el actor y cantante Pedro Chain construyeron la dramaturgia que ayer se mostró en el Teatro Moderno de Guadalajara, en el marco del festival de poesía ARRIVERSOS y que recibió una excelente acogida por el público que ocupaba más de tres cuartos del aforo.

“No hay luz del sol cuando ella no está”, canta a capela, en inglés, Pedro Chain caminando en la completa oscuridad del escenario que, a medida que avanza, se va rompiendo poco a poco. “Ain't no sunshine when she's gone… I know, I know, I know…” repite, mientras la luz entra en escena transportada por Gracia Iglesias en forma de paraguas, como si fuera una constelación.

Luz y oscuridad se alternan a partir de ese momento en un mano a mano intenso, en un diálogo entre los poemas recitados por ella y las canciones, mantras, lamentos y gritos emitidos por él. La dramaturgia de una relación que, como cualquier otra, vive sus momentos de cariño, de dudas, de miedo o celos, de reconciliación y opresora rutina.

Se trata del espectáculo poético “La cicatriz”, basado en el libro homónimo escrito por la propia Gracia Iglesias y que ayer se presentaba en el Teatro Moderno de Guadalajara dentro de la programación del festival de poesía ARRIVERSOS 2017, ante un público que ocupaba más de tres cuartas partes del aforo disponible y que al finalizar premió a los actores con un cerrado aplauso y poniéndose en pie.

Pedro, en mitad de una estructura parecida a un armario sin paredes, iba transformándose progresivamente en una especie de hombre-polilla encerrado en una caja de luz por la mano de Gracia que, girando alrededor de la estructura mientras él recitaba un mantra, lo envolvía poco a poco, generando una sensación de angustia y claustrofobia.

Desde su encierro, el cantante entonó el poema “Tristeza”, de otro libro de la misma autora, versionado musicalmente por el compositor Miguel Franco, y fue respondido por ella: “Cuando a Virginia Woolf la ahogaba la tristeza, escuchaba a los pájaros cantar en griego”.

Sombras y gemidos desde el interior de la caja, creaban en el respetable una sensación de angustia y claustrofobia, alimentada por los versos y por los lamentos que acabaron transformados en gritos y en una coreografía de subidas y bajadas que evocaba el ahogarse en el fondo de un mar, metáfora de la angustia y de la incomunicación.

Tras la asfixia, el regreso al diálogo con palabras que duelen pero a la vez recomponen –“me duelen las palabras coaguladas como cristales rotos (…) me duelen las costuras imperfectas, que mantienen unida mi frágil existencia de retales”–. Palabras recitadas y escritas en las paredes translúcidas de la caja luminosa, mientras la voz de Chain llenaba el espacio con el coro de los peregrinos de Tannhäuser. Y después la calma.

La actriz, rodeada de una “lluvia” de palabras, baja al patio de butacas a repartirlas entre el público –“a diario escribía una palabra, tan solo una palabra, una palabra al día, un día, y otro, y otro: una palabra”– dando paso a la liberación del encierro y la reconciliación cantando a dúo el final de la Pequeña Serenata Diurna de Silvio Rodríguez: “Soy feliz, soy un hombre (una mujer) feliz y quiero que me perdonen por este día los muertos de mi felicidad”.

RECTA FINAL

El acto estuvo presentado por Sara Arias, de la asociación Grupo el Observatorio, que organiza el festival, y la poeta y performer Lola Crespo, que actuaba en este caso en su papel de fundadora y directora de la editorial Noctiluca de Sevilla, responsable de la publicación del libro “La cicatriz”. En su presentación, Crespo destacó entre otras cosas la coherencia entre las distintas facetas creativas de Iglesias, aunque abarquen cosas aparentemente tan distintas como la escritura infantil y la perfopoesía para adultos.

Esta tarde, también a las 19h., la no menos polifacética Lola Crespo, volverá a subirse al escenario, esta vez en su papel de artista. Acompañada por el músico Fau Trujillo traerá a las tablas del moderno toda una historia del blues convertida en poesía, acompañada de interpretaciones en directo y vídeos originales prácticamente inéditos o muy poco vistos hasta ahora, al menos en nuestro país.

Con esta actuación y el taller de poesía y microrrelato que tiene lugar hoy sábado en el Museo Sobrino, coordinado por José Ángel Pérez Rojo y Pepe Calleja, ARRIVERSOS encara su recta final, en una edición marcada por la buena aceptación de público y la gran cobertura mediática que están teniendo todos los actos organizados.