Fulminar al Fulminante

Son esas paradojas de la vida. El Fulminante fue un barco argentino que formó parte de la Escuadra Sarmiento a finales del siglo XIX. Había costado doscientos mil pesos fuertes y contaba con un deposito de torpedos cargados con 65 libras de dinamita. El próximo día 4 de octubre se cumplirán 140 años desde la voladura del Fulminante debido a una violenta explosión mientras se manipulaban explosivos a bordo.

Anda estos días el Partido Popular de Castilla-La Mancha incendiando las redes con sus peticiones de cese fulminante del vicepresidente del Gobierno de Page y líder de Podemos en Castilla-La Mancha, José García-Molina. Los motivos les sobran porque les sobra artillería en forma de conferencias de prensa y argumentarios.

Deben saber (pueden buscarlo en la Wiki) que el fulminante o pistón es la parte de un cartucho o bala donde se aloja la materia explosiva o fulminante destinada a iniciar la inflamación de la carga explosiva o propelente, que a su vez propulsará el proyectil. Al principio, los fulminantes estaban cargados con fulminato de mercurio o clorato potásico pero ambos liberaban en el aire vapores tóxicos por lo que fueron reemplazados por estifnato, azida o nitrado de plomo. Ojo.

Es importante también que sepan que los fulminantes son fulminados, un aviso a navegantes como sucedió con la tristemente célebre tripulación del Fulminante.

De nada.

elObservadorDCLM