Desolación en el Mar de Castilla

Es verdad que ahora el único problema es Cataluña. Eso parece, pero tenemos otros problemas y debemos hablar de ellos.

Es verdad que Cospedal nos dejó un cementerio nuclear y también dijo que había solucionado de forma definitiva la situación del Tajo. Pero sucedió todo lo contrario: ahora mismo, con su legislación y su legado, el volumen de agua en la cabecera del río es el más bajo en los últimos 22 años, cieno y barro, un 9,75 por ciento de su capacidad total. Desolación en el antiguo Mar de Castilla.

Es verdad que los últimos trasvases de agua, aprobados por el gobierno de Rajoy, fueron criminales, algunos se hicieron fuera de la legalidad con previsiones de lluvia que nunca llegó. Es verdad que es necesario dialogar, resolver la agónica situación del Tajo, pero también tenemos el derecho a denunciar el expolio de agua desde Levante, desde Murcia con el permiso y la complicidad del Gobierno del Estado. La Confederación Hidrográfica del Tajo no ha cumplido con su deber y aún así su única medida es denunciar al Ayuntamiento de Toledo por las espumas que anunciaron la muerte del río.

Nos preocupa mucho Cataluña pero eso no significa que dejemos de lado nuestros asuntos. Nos han secado la cabecera del Tajo, así de simple. El mar de Castilla está agonizando.

Pablo Neruda escribió un poema titulado El mar:    

“Necesito del mar porque me enseña:

no sé si aprendo música o conciencia:

no sé si es ola sola o ser profundo

o sólo ronca voz o deslumbrante

suposición de peces y navíos.

El hecho es que hasta cuando estoy dormido

de algún modo magnético circulo

en la universidad del oleaje.”

elObservadorDCLM