Cospedal y el espía Chipolino

Me contó un amigo periodista que su primera posverdad la protagonizó en los años setenta, antes de la muerte de Franco, un corresponsal de un diario de Canarias en la isla de La Palma. Cobraba por noticia publicada y, como en la Isla Bonita no se producían hechos relevantes, de vez en cuando enviaba una titulada “Hambre en Rusia”. En ella relataba los malos momentos por los que pasaban familias rusas por falta de alimento, etcétera. Nadie reparaba en sus fuentes, nadie se preguntaba: ¿cómo un palmero puede tener acceso a las penurias cotidianas que viven los comunistas? El redactor jefe se reía y comentaba: “Otra vez el de La Palma ha enviado la noticia del hambre en Rusia”. Y se publicaba. Era políticamente correcta y eso bastaba. Los lectores decían: "claro". Y asunto concluido.

Ahora, en plena era de las postverdades, dos humoristas que aseguraban pertenecer al Ministerio de Defensa de Letonia llamaron a la ministra española de Defensa, Dolores de Cospedal, para informarle de que el expresidente catalán Carles Puigdemont es un espía ruso apodado Chipolino, que la mitad de los turistas que viajan a Cataluña son miembros de los servicios especiales rusos y que le ofrecen su ejército porque es probable que la situación acabe como en Ucrania y, por ello, en cuestión de horas, los militares letones podrían desplazarse a Barcelona. El vídeo fue publicado con subtítulos, en Youtube.

Nuestra ministra entró al trapo con cierta cautela sobre todo cuando el humorista, que se hacía pasar con enorme éxito por el primer ministro letón, le aseguró que nuestra Cospedal parece tener “más determinación que el premier”, es decir que Rajoy. Se lo pensó un poco más cuando el ruso le previno de que tuviera cuidado con su asistente porque tenía acento ruso. No, no dijo ella, mi asistente no.

A favor de la ministra podemos decir que podía haberse expuesto mucho más ante la enorme habilidad del humorista Alexéi Stoliarov. La broma podría haber traído consecuencias más serias y no solo convertirse en el comentario más jocoso de los mentideros este fin de semana.

En contra de la ministra, del ministerio y de los expertos que se ocupan de su seguridad existe una cierta sensación de bochorno, tanto que la noticia, difundida por la agencia rusa Sputnik, ha sido escondida cuando no obviada por un gran número de medios de comunicación españoles relevantes.

Escuchando hablar a Cospedal no sorprende mucho su escasa capacidad dialéctica, algo que ya pudimos apreciar cuando era presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP.

Se lo tragó casi todo y aseguró que estaba muy interesada en que se hablara de todos los asuntos tratados en un encuentro de alto nivel entre los dos premier, el letón y el español.

Ahora nos queda despejar algunas dudas: ¿Es Puigdemont miembro del servicio especial de Rusia? ¿Tiene acento ruso el asistente de Cospedal? ¿Quién es el asistente de Cospedal? ¿Hay más espías rusos que nacionalistas en Cataluña?

elObservadorDCLM