Venganza y obsesión

Cospedal quiere vengarse de García-Page. Rajoy le presta un gran apoyo paralizando las inversiones del Estado en nuestra tierra. La ministra Tejerina plantea ayudas para las cuencas del Duero, Júcar y Segura y se olvida del Tajo y el Guadiana. Y tiene que ser la oposición en el Congreso quien le diga “oiga, que el Tajo también está seco, señora ministra”. Que se han llevado ustedes el agua a Murcia. Claro que la mayor parte de la trayectoria del Júcar y el Segura fluye por tierras de Castilla-La Mancha. Pues eso se resuelve rápido: la mayoría de las ayudas para estos dos ríos van destinadas a las otras comunidades autónomas.

Venganza por haber perdido (a pulso) el gobierno de Castilla-La Mancha y empecinamiento en su política contra los ciudadanos de nuestra región. Aunque alguna vez pretendan disimularlo, no le gusta a este PP de Cospedal la sanidad publica, ni la educación pública ni las ayudas sociales a los que más lo necesitan. A su neoliberalismo se une la “actitud obsesivo-compulsiva de Cospedal contra los castellano-manchegos”.

El presidente de Castilla-La Mancha ha pedido más de tres veces audiencia a Mariano Rajoy. Ni caso. A la primera recibió Mariano al presidente de Murcia.

Ya sabemos que Cospedal nos odia pero tal vez habría que recordarle que muchos castellano-manchegos votaron al PP y que el odio y el resentimiento no son ni virtudes ni estrategias de futuro para una política que aspira a la reconquista.

elObservadorDCLM