Las cosas en su sitio y el río en su cauce

Ni la fuerza, ni la locura, ni el interés, ni la influencia política pueden sustituir nunca a lo que es justo y, aunque sigamos viviendo tiempos en los que aún es preciso luchar por lo evidente, debemos centrarnos de nuevo y sembrar las raíces de la sensatez en medio de tanta confusión, una selva de postverdades y manipulación de los matices que trasforma a las mentes en facultades incapaces ya de desbrozar lo bueno de lo malo, la verdad de la mentira.

Activemos de nuevo la lógica, el sentido común, el diálogo entre personas sensatas sobre los pilares del derecho natural y la solidaridad: que nadie sea, en derechos y en protección ni más ni menos que nadie.

Marquemos en negrita. En su reciente encuentro con su homógo valenciano, Ximo Puig, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page ha pedido al Gobierno del Estado un nuevo debate sobre el futuro del Sistema de Financiación Autonómica, un nuevo modelo en el que “todos los ciudadanos tengan derecho a acceder a un nivel equivalente de los servicios públicos, independientemente del territorio en el que vivan”.

Ninguna reivindicación territorial, ninguna maraña independentista puede apartarnos un ápice de esa afirmación.

En una excelente Carta al Presidente García-Page, publicada por Paloma Moratilla en DCLM, hace referencia a las declaraciones del coordinador general del Partido Popular en Alicante, Rafael Candela aprovechando ese encuentro de los dos líderes socialistas, Puig y Page. Candela le pide a Page que “deje en paz el trasvase del Tajo”, es decir el saqueo permanente del río convertido ya en cloaca y afirma que “El presidente de Castilla-La Mancha puede dormir tranquilo porque con el agua del trasvase lo que se crea es empleo y riqueza que luego repercute positivamente en el resto de España". En su carta abierta a Page, Paloma dice:  “debería pensar que el empleo y la riqueza de Castilla-La Mancha, del que se priva en determinadas zonas por la falta de agua, también repercute en el resto del España. Es evidente que a veces la estadística y los números dejan de ser justos e incluso se alejan de la realidad. Cuando decimos que la media de vehículos entre mi vecino y yo es de cuatro, lo más probable es todo el mundo piense que tenemos dos cada uno, pero la realidad es que mi vecino tiene cuatro y yo ninguno”.

La carta al presidente no tiene desperdicio y pone las cosas en su sitio y el río en su cauce.

elObservadorDCLM