¿Dónde estaban Martín y Guarinos cuando Villa se comió y se bebió hasta el manso?

Si después de todo lo que hemos sabido sobre cómo usaba la tarjeta de crédito Ignacio Villa al frente de Radiotelevisión de Castilla-La Mancha. Si después de ver el despilfarro que hizo. Si después de saber que comió y bebió hasta vomitar. Si después de utilizar el dinero público para fines propios y de otras personas. Si después de haberse saltado a la torera los mínimos principios de ética y estética que deben regir la vida pública. Si después de haberse reído de los castellano-manchegos y de los que lo pusieron en el cargo. Si después de haber tirado por los suelos la imagen de la televisión que dirigía. Si después de reírse de todos los españoles diciendo que eran gastos de representación normales y que nunca hizo uso indebido de la tarjeta.

Si después de todo esto, decimos, no hacemos las siguientes preguntas, reventamos. Por tanto, ahí van dirigidas unas cuantas a la expresidenta del Consejo de Administración de CMM en la época de Ignacio Villa, doña Mari Carmen Martín, colaboradora, por acción u omisión, de la “barra libre” que practicó el dirigente que llevó a la cadena pública al mayor descrédito de su corta historia y a la diputada y portavoz del Partido Popular en las Cortes regionales, Ana Guarinos.

¿Dónde estaban ustedes señora Martín y Guarinos cuando Villa se puso Castilla-La Mancha por montera y se comió y se bebió hasta el manso a costa de sus ciudadanos? ¿Dónde estaba Cospedal?

¿Acaso su miopía les hizo no ver lo que a todas luces era un despilfarro del dinero público?

¿Por qué le sirvieron de coartada defendiéndolo del ridículo y la risión de unos informativos que abrían telediarios nacionales?

¿Y si sabían ustedes que Villa tiraba alegremente de tarjeta, por qué no advirtieron a sus superiores políticos de que la cosa podía acabar mal?

¿Conocen ustedes a quién regaló por navidad un lujoso bolso de maquillaje (ya saben, para el chori y las pinturas) de la marca Louis Vuitton?

¿Conocían ustedes las comidas/cenas con copas, champan y licores que acostumbraba Villa?

¿Y después del escándalo del uso de la tarjeta Visa, lo recriminaron?

Y por último: ¿Se han confesado del pecado de soberbia que cometieron dando por buena la actitud del mencionado?

Reflexionen sobre lo anterior y sometan estas preguntas a sus principios; eso sí, no vale copiar a Groucho Marx.

DCLM