La mensajera de las malas noticias

Hay momentos en los que solo quieres estar rodeado de tus más allegados y ahí ha tenido Cifuentes a Cospedal, que durante estas semanas ha rozado el ridículo solo por guardar la cara a su amiga. Cifuentes se revolvió durante unos minutos esta mañana pero al final entró por el aro porque ya lo había dicho Rajoy: “ha hecho lo que tenía que hacer”.

Parece defraudar que la dimisión se produzca por el “error involuntario” de meter dos cremas en un bolso y no por utilizar su posición privilegiada para fabricar un máster de mayor valor económico y esfuerzo personal, pero al final el resultado era el que se esperaba durante todo este tiempo.

Tras los cuidados de paliativos de Cospedal, la presidenta del PP de Castilla-La Mancha ha sido preguntada por el hurto de Cifuentes, tras el encuentro mañanero. Se esperaba que fuera a ser tan contundente como cuando sin ser preguntada se expresó en las redes sociales con un “quieren conseguir lo que no consiguió un accidente tráfico mortal”. Pero hoy no era ese día y ha despachado a la prensa: “Ya ha dicho ella lo que tenía que decir”.

Cristina Cifuentes ha dicho y hecho lo mismo en todos estos días, utilizar el victimismo para reblandecernos, y no le ha temblado la voz para asegurar que se han pasado las líneas rojas, y que todo esto le ha pasado por su tolerancia cero contra la corrupción. Su cinismo no le deja entender que ha sido ella la que ha querido tapar su ‘no-máster’, ha mentido en la Asamblea de Madrid y ha robado las cremas en el supermercado. Ella y nadie más. Y por eso ha tenido que dimitir porque la presidenta de una comunidad tiene que combatir la corrupción y la delincuencia, y con este currículum, ni una cosa ni otra.

Dice Rajoy que hoy se abre una nueva etapa en el PP de la Comunidad de Madrid, y ya van cuántas... Antes de abrir etapas deberíamos cerrarlas y preguntar cómo se pasa de la defensa férrea de Cifuentes a pedirle la dimisión. Que nos respondan Rajoy, Cospedal y Rafael Catalá.

Dclm.