Confinamiento

Me dijo Beatriz que su madre estaba tosiendo y tenía unas décimas. Me ofrecí a ir pero se negó, lo mejor es que no tengas contacto con ella y, depende de cómo evolucione la cosa, conmigo tampoco. 

Llevábamos saliendo tres años y habíamos planificado nuestra boda para el mes de mayo pasado. El confinamiento nos obligó a retrasarlo todo y volvimos a fijar la fecha para finales de agosto. La cosa se puso fea otra vez y tuvimos que renunciar a la ceremonia. Los días que pasábamos juntos nos amábamos con una virulencia desconocida, descubrimos sensaciones de nuestros cuerpos que nunca hubiéramos imaginado, creo que ella cambió bastante y empezó a odiar su pasado como si lo hubiera tirado a la basura. Decía que ahora quería probar todo lo que le había negado la estricta educación de sus padres. Sin embargo, sentía una profunda devoción por su madre y yo sabía bien lo que le afectaba la posibilidad de que se hubiera contagiado. Me llamó al día siguiente para decirme que la cosa había empeorado bastante y que ella misma se sentía mal, me encantaría verte pero me temo que durante algún tiempo va a ser imposible. Los médicos le dijeron que de momento lo mejor era que ambas se quedaran en casa y así pasaron un par de semanas. Me pidió que no la llamara a todas horas, que se sentía débil y que no le apetecía y me avisó varias veces de que la situación estaba muy mal, que saliera de casa lo imprescindible y que no me juntara con nadie. 

Me imaginaba síntomas reales cada día, dolor de pecho, ardor de estómago y hasta pequeñas diarreas. Pensaba, 'ya está aquí', llamaba a Beatriz y muchas veces no contestaba al teléfono. Le enviaba mensajes y no respondía. Me temí lo peor pero lo peor era mucho peor que lo que yo pensaba. Me llamó Marta, le conté lo que pasaba, dejó pasar un largo silencio, hola… Marta, creo que se ha cortado. No, no se ha cortado Mario. Beatriz no está confinada en su casa ni su madre está enferma del virus. Lo sabemos todos menos tu que apenas sales de casa. Está liada con Alfredo, se pasan el día de fiesta, no te imaginas cómo va vestida…

Juan Carlos Castor