El istuc de Goto

Me llevaron por las vías hacia un descampado. Más allá vimos unas casas abandonadas o casi. 

     - Este es nuevo, es de confianza, dijo Sobero apuntándome con el dedo. 

En el fondo, sobre una mesa baja, me pareció ver entre otras cosas un cuchillo de monte, una balanza y unos montones de polvo. Supuse que era droga aunque no de color blanco, encogí los hombros porque yo era de confianza. Sobero sacó unos billetes arrugados de sus bolsillos.

     - ¿Cuánto traes, gilipollas?

     - No se, creo que puede haber unos doscientos o así.

     - Bueno, menos es nada, con eso te llevas un puto gramo.

      - Amos, no jodas… un puto gramo.

     - ¡Un gramo y vas de pura madre! ¡Qué dice este!, a ver…

Este era yo, el de confianza: “A mi me parece que… , bueno, dije, un gramo por doscientos o así… La verdad es que podías estirarte un poco más”.

El que parecía ser el jefe, un tal Goto, me miró a los ojos desafiante y luego creo que se le fue la olla, empezó a soltar frases incongruentes, amenazantes y cultas, como llegadas de otro mundo: “Os creéis que yo porque yo lo dibuje sin una persona me vais a preguntar si pienso que escruto desde el cenit, cenit, cenit, no me jodáis, ¿sabes? que el meteorito cae brillando la horizontal y eso no me gusta, ¡no me gusta, gusta!, ¿has oído?, respirado, mírate en dos mitades, una aquí y otra en la pared haciendo juego con to la mugre… ”

     - ¿Qué le pasa a este?, preguntó Sobero.

     - Ni puta idea, respondió otro que estaba sentado en un sofá fumando un peta con las piernas estiradas.

     - ¿Le había pasado antes?

     - Resuelto pero no satisfecho, continuó el Goto, ya sabéis que a mi no me explica lo más mínimo o máximo y lo tengo dicho, muy dicho, me la relames, puto, cabrón, ¡joder, hostias putas!

Se pegó un golpe de puta madre cuando se cayó al suelo. Salimos corriendo de allí mientras Sobero se guardaba los billetes y yo descubrí que era un corredor de la puta olimpiada …

     -  ¿Qué ha pasado ahí dentro?

     - Yo qué se, le habrá dao un istuc por un pasote.

     - Pues ya te digo yo que mejor porque las cosas no pintaban dulce de la pachanga…

     - A ver si se te va a ir ahora a ti la patata, mamón.

     - Era broma, Sobe

Y seguimos corriendo, descojonados.

Anónimo