Tolkien y Cortázar

La verdad es que me ha gustado bastante el final del libro "El Hobbit", de J.R.R. Tolkien. El mago Gandalf le dice a Bolsón: "Te considero una gran persona, señor Bolsón, y te aprecio mucho; pero en última instancia, ¡eres sólo un simple individuo en un mundo enorme! -- ¡Gracias al cielo! –dijo Bilbo riendo, ...". Y es que así somos todos, simples individuos en un mundo enorme, por mucho que éste se haya globalizado en nuestros días… creo que no es de otra forma.

Y ahora me apetece hablar del escritor Julio Cortázar en el centenario de su nacimiento, 2014 y a los treinta años de su muerte, 1984. Con este motivo, recientemente he podido disfrutar de sus "Clases de Literatura", pronunciadas en la universidad americana de Berkeley en 1980, que ahora han sido publicadas en libro. ¡Muy interesantes! Y es que, para mí, este gran "cronopio" (palabra suya) que fue Julio Cortázar siempre ha sido muy peculiar y seductor. Y, por ello, aún recuerdo con gusto, finales de los años 70 principios de los 80, cuando en París intenté localizarle y de hecho fui a su casa a entregarle en su buzón una revista "Barcarola", la de creación literaria que todavía se hace en Albacete. ¡Tiempos aquellos! Y, por otro lado, ¡tiempos estos! Tan diferentes.

También tengo en la memoria a Cortázar en Madrid, edificio Torres Blancas, impartiendo una de sus charlas. Allí sí lo vi y lo escuché en vivo y en directo, a dos pasos míos. ¡Toda una experiencia que guardo para mí con mucho afecto! Añado ahora un extracto de sus clases americanas: "…si el elemento histórico se superpone a lo literario, lo literario sale perdiendo, y viceversa".

Y, por supuesto, si me tengo que quedar con alguna frase de Julio Cortázar, voy a su "Rayuela" (1963), inicios del libro, algo tan clásico ya como esto: "Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos".

Nicasio Sanchís