El tuneador

Me molestó en cierta manera porque jugaba bien, había intercambios largos, pero siempre me he dejado llevar por las personas que aportan algo diferente, no se. Llegamos a la pista 4 cubierta, de tierra batida, a las once menos cinco, nos presentamos, por decir algo le comenté que me gustaban sus zapatillas Nike rojas y ahí empezó todo. Me respondió que originariamente se trataba de unas zapatillas blancas  y como tu sabes y seguramente tu mujer también, si estas casado, sí estoy casado y lo sabe, pues no es el mejor color para jugar en tierra: me explicaron que con el sudor del pie, la tierra tiñe la zapatilla y efectivamente al segundo partido ya no podía mirarlas. Ni limpiarlas, igual que pasa con los calcetines blancos. De forma que se me ocurrió tunearlas, compré un rotulador rojo y pinté la superficie que no es de goma, mira todo esto, ¿ves?, todo esto era blanco, aquí se nota que no está bien tuneado. Mi mujer y mi hija me dijeron que estaba loco pero creo que han quedado bastante bien.

Jugamos. Como digo, era un buen tenista de los que colocan buenas bolas sin aparente esfuerzo. La pelota me venía a buena altura y con bastante potencia. Voleamos, probamos unos saques y comenzamos el partido. Me ganó el primer juego aunque estuvo disputado: su segundo saque era también bastante bueno. Fuimos a beber agua, abrió su bolsa, sacó un rotulador, se sentó en una silla y se dispuso a repasar sus zapatillas: “Este es el mejor rotulador que he encontrado especial para tela y plástico, japonés, indeleble, de marca Posca”. Le veía concentrado, igual que Nadal cuando coloca sus dos botellas. Cuando terminó me dijo: podíamos tunear una pelota ¿qué te parece? No podía creerlo pero ya digo me dejé llevar, pintamos una pelota de rojo, el Posca era realmente bueno, mira tiene una bolita dentro que se debe mover así de vez en cuando, prueba tu mismo. Nunca había tuneado una pelota, la risa me llegó cuando regresaba a casa después de haber jugado cuatro juegos, empate a dos con tres pelotas amarillas y una roja.

Kimi