Crisis de crecimiento

Para Elisa, la mayoría de las alteraciones físicas y psíquicas son debidas a crisis de crecimiento, una cuestión de evolución natural consecuencia de la adaptación a nuevas situaciones de diverso calado. Cuando le duele por ejemplo la cabeza asegura que se trata de un aumento de su capacidad cognitiva debido a que su actual sintonía para captar ideas ha ascendido uno o dos peldaños y lo mismo le pasa a su novio, el tenista, con la epicondilitis: “no te preocupes, Nacho, lo que te sucede es que estás mejorando tus golpes o, mejor dicho, imprimiendo más fuerza y velocidad a la raqueta. Tu estructura anterior no estaba preparada para la actual exigencia, has llegado al límite de las actualizaciones automáticas y tu brazo necesita dotarse de una nueva estructura que dé respuesta a los nuevos requerimientos que le planteas.  Ten en cuenta que toda alteración te obliga a prescindir un tiempo en tu caso de la actividad repetitiva que lo ha producido, ya que la zona se ha dañado y le resulta un esfuerzo ímprobo recomponerse en una nueva planta, Nacho, joder ¡que dejes ya de jugar al tenis de una puta vez si quieres que se te quite la epicondilitis! Pienso que para Elisa esas crisis de crecimiento a las que hace alusión también afectarán a otras zonas del cuerpo y le digo que existe otra en concreto que me pide ya una nueva estructura vehicular en mi tránsito por su acogedora y cálida caricia. Nacho, tú siempre pensando en lo mismo, debe ser por eso que te adoro.

Lago