15.03.2020 11:54h.

Inclusión Y Equidad

Por Julio García-casarrubios Sainz

Valdepeñas, 15 de marzo de 2020



Mientras estos dos conceptos no impregnen de forma decidida, clara y contundente, cualquier reforma educativa propia del sigo XXI estaremos jugando a la taba. El proyecto de Ley que la ministra Isabel Celaá ha presentado es un paso importante, decidido, hacia esa inclusión y equidad, pero no es definitivo. Hay aspectos que no se abordan con toda la profundidad que el momento requiere. Falta el convencimiento de que nuestro sistema está muy lejos de ser inclusivo.

La palabra inclusión, aplicada a la Educación, significa estar dentro. Pero si a una persona, un alumno, lo tenemos dentro de un continente a la fuerza, sin que se sienta integrado en el sistema, no podemos decir que está incluido. En todo caso podremos decir que está amarrado, atado, sujeto… pero no incluido. Un sistema obligatorio de enseñanza, moderno y progresista, tiene que abordar la palabra inclusión con todas sus consecuencias.

Los primeros ciclos de la enseñanza, por derecho básico, deben ser obligatorios. El Estado debe velar por ese derecho, y de ahí que sean obligatorias. Pero admitido esto, entremos de lleno en la palabra inclusión. Hay que incluir a los alumnos en ese sistema. Hay que trabajar porque el alumno se convenza de que es bueno que se le obligue a estar. Hay que lograr que se sienta a gusto en un centro de enseñanza. Así lograremos la inclusión. Y con exámenes, calificaciones y repeticiones no creo que sea el mejor camino para lograr que esa inclusión sea total y efectiva.


Julio García-Casarrubios Sainz
Valdepeñas. Ciudad-Real


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