Crónicas distópicas. 'Operación Golpe'

Todo el país hablaba de desescalada. El palabro, junto a otros como conviviente, se había convertido en palabra de moda. Claro, que no todos le daban el mismo significado. Mientras la mayoría la relacionaba con ir recuperando la normalidad frente a la pandemia, algunos, más que querer desescalar el confinamiento, pensaban en desescalar a Sánchez e Iglesias del Gobierno.

El humo casi se podía cortar en aquella reunión secreta y el olor a tabaco se mezclaba con el de perfumes caros. Casi todos los asistentes eran aficionados a los habanos caros y a los licores y brandis envejecidos. Sentados alrededor de la mesa había representantes de grandes fortunas, dinastías ligadas al gobierno con independencia del color del mismo, uniformes militares, sotanas de color rojo purpura, y jarrones chinos desafectos porque nadie contaba con ellos. En la antesala, esperando instrucciones, estaban los segundones y los mercenarios que extendían todo tipo de bulos a cambio de audiencias. También abundaban zascandiles sin oficio ni beneficio.

-Tantos años pisando alfombras palaciegas terminan por aficionarte a los vicios caros, dijo Isidoro, mientras chupaba con fruición su Cohíba Behike. Lo bueno debe ser para quienes sabemos disfrutarlo, continuó. La tierra no produce para todos y solo los paladares educados sabemos disfrutar lo exclusivo. Pero somos generosos y hemos puesto precios a los farias para que estén al alcance de todos los bolsillos.

-Sabias palabras Isidoro, --apuntó JM, conocido como ‘bigote sombra’. ¿Y tú que piensas? Inquirió JM a un hierático M. Rajoy.

-Yo solo puedo decir que haré todo lo que pueda y un poco más de lo que pueda, si es que eso es posible. Y haré todo lo posible e incluso lo imposible, si es que lo imposible es posible, --Dijo pensativo M. Rajoy.

Isidoro, JM y el resto de asistentes se miraron estupefactos ante la ocurrencia de M. Rajoy y siguieron a lo suyo. Isidoro, que acababa de recibir un Whatsapp de La Zarzuela, pidió a Rosa que llamara a Pablo, Santiago, Marhuenda y Rubido para darles las últimas instrucciones.

-Pablo, --ordenó Isidoro, tienes que seguir desgastando al Gobierno pero manteniendo la apariencia de hombre de estado, utiliza los muertos, recurre al dolor de las familias, propón luto nacional, insinúa que no votaras el estado de alarma pero no los dejes caer hasta que te digamos. Tu, Santiago, sigue con el discurso levantisco entre policías y guardias civiles y no te preocupes por conseguir el apoyo del ejército, de eso nos ocupamos nosotros y zarzuela. Ah, no olvides seguir intoxicando con bulos y puedes judicializar la acción del gobierno para atascar su gestión y meterles miedo en el cuerpo. Vosotros, Marhuenda y Rubido, seguid como hasta ahora, con vuestras portadas apocalípticas, encuestas sesgadas y bulos con apariencia de noticias. El gran esfuerzo que estáis haciendo tendrá su recompensa en poco tiempo.

Aquella mañana de finales de mayo me despertó un tráfico inusitado que rompió el silencio habitual. Los pájaros habían dejado de cantar y la presencia de militares, policía y guardia civil era más numerosa que nunca. En Whatsapp lei que habían puesto controles militares en las entradas y salidas de los pueblos. Recuerdo haberme dormido escuchando El Larguero y despertarme con una marcha militar, que fue sustituida por otra y por otra y por otra... Así hasta las 8 de la mañana, cuando una voz desconocida, con tono militar, anunció que el Gobierno había sido cesado y sustituido temporalmente por otro que apoyaban todas las instituciones públicas y privadas.

El presidente del gobierno de salvación nacional, así lo llamaban sus defensores, era Felipe González, José María Aznar ocupaba la vicepresidencia primera y Rosa Díez la segunda y el ministerio de Propaganda. Pablo Casado asumió la cartera de Educación, Santiago Abascal la de Interior, Ortega Smith la de Defensa, Lesmes la de Justicia, Rafael Hernando la de Sanidad, Teodoro García Egea la de Ciencia y Tecnología, Rocío Monasterio la de Urbanismo y Vivienda, Álvarez de Toledo la de Exteriores y Enrique San Francisco la de Cultura. Javier Negre fue nombrado portavoz del gobierno y Pablo Motos coordinador del Comité Científico.

-¡Teresa! ¡Teresa! --Rosa Díez llamó a gritos a su asistenta. Prepárame la ropa que estará a punto de llegar el coche oficial y hoy tenemos consejo de ministros para terminar la lista de desafectos al gobierno que deben ser retenidos y reeducados.

-Rosa, ¿te has tomado la pastilla esta mañana?, --pregunta Teresa. Ya estás otra vez con la cabeza llena de pájaros. Has mejorado mucho desde que ingresaste en el centro y deberías poner más entusiasmo en aprender jardinería y manualidades porque eso te ayuda a que la senilidad avance más lentamente.

-¡Maldita sea! –grito Rosa, dame la pastilla y deja que me recree en el sueño que he tenido. Era tan bonito.

Gretel Lovecraft