"Creo que de nuevo hoy la humanidad, no solo los artistas e intelectuales, necesita un replanteamiento de sus hábitos para salvar el planeta"

LA PANDEMIA: Esta pandemia ha sido un durísimo golpe para todo el planeta, y yo no me considero a salvo de lo que sucede en el mundo… Los primeros tiempos me lo tomé con relativa filosofía, en mi casa en las afueras de Toledo, rodeada de olivares, cercana al río…”.

EL ARTE: “El arte es una de las primeras manifestaciones de la inteligencia humana, de las más primitivas, que nos diferencia del resto de especies animales. El mundo sin arte sería un lugar oscuro y desolador…El arte hay que vivirlo, acostarse con él, y en no pocas ocasiones me han entrado ganas de hacer el amor con una obra”.  

EL COLECCIONISMO: “El coleccionismo es pura codicia si no está movido por el afán de investigar y descubrir: cada adquisición ha de ser una lección, y en este sentido hay un momento que alcanzas un techo; y cuando esto ocurre, deja de interesarme”.

UN CATALEJO PARA DESCUBRIR EL MUNDO: “Era un niño muy solitario y encontré en el arte un refugio maravilloso. Desde niño, la pintura fue un catalejo a través del cual mirar y descubrir el mundo”.

TOLEDO: “El reto de poner en diálogo tanta riqueza histórico-artística con los fondos de mi colección se hizo irresistible, y el resultado a la vista está, en el emblemático antiguo convento de Santa Fe, que es como el paradigma de la historia y la cultura no solo de Toledo sino de toda España, en fructuoso diálogo con el arte europeo que va desde finales del XIX a hoy mismo”.

THE EYE: "Nadie me ha regalado nada en la vida...y en cuanto al don, sí, queda resumido en el apelativo que me puso la prensa internacional: “The Eye” (El ojo), porque soy capaz de intuir el valor artístico de una obra de arte antes de que sea reconocida y, más importante, de rescatar los valores olvidados por las vicisitudes de la historia.

RENACEREMOS: “Sí renaceremos, claro, y con fuerza renovada. Pero hemos de aprender la lección: si matamos el planeta, si impedimos la biodiversidad, nos matamos a nosotros mismos como especie, y es el hombre quien está provocando la fragilidad de la cadena de vida en la Tierra”.

Baudelaire definió a la muerte como “una flaca coqueta de aspecto extravagante”. Tiziano murió de peste negra. Jean-Baptiste Hesse le rindió un homenaje en 1832 con la obra “Homenaje fúnebre a Tiziano, muerto en Venecia durante la peste de 1576”, un óleo que se encuentra en el Museo del Louvre. 

Rembrandt pintó en 1654 el “Retrato de Hendrickje Stoffels” (1654. National Gallery de Londres). Diez años después, la mujer reflejada en ese cuadro, amante del pintor, murió por la peste que arrasó Holanda en 1663. La tragedia oscureció las últimas obras del maestro barroco.

Egon Schiele estaba pintando su cuadro “La familia”, con su mujer y su bebé, cuando llegó la “gripe española”. Primero falleció su esposa Edith y luego, en octubre de 1918, el propio Egon, con 28 años. El cuadro quedó inacabado. Ocho meses antes, la misma gripe se llevó la vida de su amigo y maestro Gustav Klimt.

Edvard Munch nos dio su grito después de asegurar que “la enfermedad, la locura y la muerte fueron los ángeles que rodearon mi cuna y me siguieron toda la vida”. Habían muerto su madre y su hermana y él mismo estuvo a punto de fallecer de gripe…

Este mundo del arte crea muchas sensaciones y parece que siempre sobrevive a la flaca coqueta. Aquellas pestes dejaron grandes obras como El triunfo de la muerte (1562. Museo del Prado) del flamenco Brueghel el Viejo…

PREGUNTA: Todo esto para situarnos en el actual escenario porque, entre pestes y virus, han muerto en nuestro planeta no solo grandes artistas, que eso no resolvería nada, todo lo contrario, si no más seres humanos que en casi todas las guerras: ¿ha sido esta pandemia un episodio especial en su intensa vida o a estas alturas se considera curado de casi todos los posibles espantos causados por los seres humanos, la diosa Fortuna o por los laboratorios de los dioses? 

RESPUESTA: Esta pandemia ha sido un durísimo golpe para todo el planeta, y yo no me considero a salvo de lo que sucede en el mundo: ¡claro que ha sido un episodio inimaginable!, difícil de creer aún y mucho más, de asumir. Los primeros tiempos me lo tomé con relativa filosofía, en mi casa en las afueras de Toledo, rodeada de olivares, cercana al río; me incliné por hacer un paralelismo entre el momento actual y aquel de finales del XIX y principios XX, cuando los artistas se retiraron al campo como reacción a la Segunda Revolución Industrial y se establecieron en colonias con el propósito de empezar de cero, regresar a la calma y a las materias nobles, recapacitar y volver a una vida más pura. De ahí surgieron importantes grupos de creación como fue el Círculo de Bloomsbury en Inglaterra, o el movimiento Arts and Crafts, que preconizaba que todo fuera hecho a mano y para un disfrute democrático, también originario de Reino Unido pero que se diseminó por Estados Unidos y Europa impregnando el Art Noveau, la Wiener Werkstätte o la Prairie School entre otros. Creo que de nuevo hoy la humanidad, no solo los artistas e intelectuales, necesita un replanteamiento de sus hábitos para salvar el planeta.

“EL MUNDO SIN ARTE SERÍA UN LUGAR OSCURO Y DESOLADOR”

P: Parece que un virus y una obra de arte están en las antípodas, la creación y la destrucción, la mejor vida y una de las peores muertes, la luz y los pinceles, y la asepsia, las mascarillas y los respiradores: ¿Es para usted el arte la mejor expresión de la vida?

R: Por supuesto. El arte es una de las primeras manifestaciones de la inteligencia humana, de las más primitivas, que nos diferencia del resto de especies animales. El mundo sin arte sería un lugar oscuro y desolador. El arte nos proporciona no solo el disfrute de los sentidos, sino la una respuesta filosófica para las preguntas que no tienen respuesta, que son las más fundamentales de la existencia.

“NADIE ME HA REGALADO NADA EN LA VIDA...Y…EN CUANTO AL DON, SÍ, QUEDA RESUMIDO EN EL APELATIVO QUE ME PUSO LA PRENSA INTERNACIONAL: “THE EYE” (EL OJO), PORQUE SOY CAPAZ DE INTUIR EL VALOR ARTÍSTICO DE UNA OBRA DE ARTE ANTES DE QUE SEA RECONOCIDA Y, MÁS IMPORTANTE, DE RESCATAR LOS VALORES OLVIDADOS POR LAS VICISITUDES DE LA HISTORIA.

P: Con más o menos fortuna y tesón hemos amado, hemos vivido todos entre la bolsa y la vida pero la suya ha sido y tal vez siga siendo particularmente intensa sin privarse, incluso, de la generosidad: de La Habana a Perú, Estados Unidos, París, Bruselas…Toledo. Hijo de músicos, pintor de enorme éxito y marchante de arte en Nueva York donde le describieron como “el nuevo Gran Gatsby”, rico y famoso a los 35 años y, finalmente, coleccionista...Una vida así no se explica en una entrevista pero ¿cómo se siente ahora cuando sobrevuela sobre ella, por ejemplo antes de dormir por la noche? ¿Qué hay en su vida de don, de trabajo, de polvo de estrellas? Ahora hablaremos también de su famoso "ojo".

R: Bueno, yo empecé a coleccionar arte con 16 años, con el primer dinero que gané vendiendo mis cuadros, antes incluso de terminar mis estudios de Bellas Artes en la Corcoran School of Art de Washington, a la misma edad que comencé a impartir clases en la misma escuela. Nadie me ha regalado nada en la vida; vengo de una familia acomodada, sí, que lo perdió todo con la llegada de Fidel Castro y marchó a Estados Unidos sin nada, desnuda, a reinventarse. A finales de los 70 participé en la creación del departamento de inversiones en arte, el primero de su género, en el Citibank de Nueva York, ciudad donde además regenté una galería y, entre tanto y hasta hoy, transité por muy diferentes períodos como coleccionista (de joyas y piedras preciosas, de arte y artes decorativas de los siglos XVIII y XIX, y de arte y diseño del siglo XX). Porque cuando una colección no se puede mejorar, hay que iniciar otra. El coleccionismo es pura codicia si no está movido por el afán de investigar y descubrir: cada adquisición ha de ser una lección, y en este sentido hay un momento que alcanzas un techo; y cuando esto ocurre, deja de interesarme. En mi vida ha habido siempre mucha capacidad de trabajo y mucha ambición sana, y en cuanto al don, sí, queda resumido en el apelativo que me puso la prensa internacional: “The Eye” (El ojo), porque soy capaz de intuir el valor artístico de una obra de arte antes de que sea reconocida y, más importante, de rescatar los valores olvidados por las vicisitudes de la historia.

“DESDE QUE YO RECUERDO ME PASABA LAS HORAS MUERTAS DIBUJANDO EN UNA GRAN MESA SITUADA EN EL COMEDOR DE UNA DE MIS BISIABUELAS”.

P: Como dice, le dieron el apelativo de “The Eye” por su ojo a la hora de mirar y adquirir obras de arte a las que pocos o nadie prestaban su atención, obras maestras que adquiría por debajo del precio del mercado. ¿Cuándo era niño ya mostraba esa predisposición mirando para otra parte durante el recreo?

R: Mi educación fue muy disciplinada desde niño. Desde que yo recuerdo me pasaba las horas muertas dibujando en una gran mesa situada en el comedor de una de mis bisiabuelas. Era un niño muy solitario y encontré en el arte un refugio maravilloso. Desde niño, la pintura fue un catalejo a través del cual mirar y descubrir el mundo. En mis cumpleaños, mis padres y mis tíos siempre me regalaban lo mismo, es decir libros de arte de Skira y todo tipo de pinturas. En el recreo nunca salía, prefería memorizar de la a la z el diccionario de arte moderno. 

LA TÉCNICA DIGITAL: “NO TIENE SENTIDO QUE UN EJECUTIVO SE DESPLACE DE MADRID A JAPÓN PARA ASISTIR A UNA CONFERENCIA, ENVENENANDO EL AIRE Y PRODUCIENDO KILOS DE BASURA INDESTRUCTIBLE”

P: Desde ese famoso ojo, capaz de adelantarse al futuro en las preferencias en el mundo del arte y situarse en el lado positivo de la duda, ¿qué futuro augura a la deriva del ser humano tras esta dura prueba que nos ha afectado a todos? ¿Renaceremos en la “nueva normalidad”? 

R: Sí renaceremos, claro, y con fuerza renovada. Pero hemos de aprender la lección: si matamos el planeta, si impedimos la biodiversidad, nos matamos a nosotros mismos como especie, y es el hombre quien está provocando la fragilidad de la cadena de vida en la Tierra. Y dos, la globalización es ya nuestra forma de vivir, no tiene marcha atrás; pero no podemos aplicar a esta forma de relacionarnos los viejos cánones de la movilidad, no tiene sentido que un ejecutivo se desplace de Madrid a Japón para asistir a una conferencia, envenenando el aire y produciendo kilos de basura indestructible; la globalización trae aparejado un instrumento que hace posible la inmediatez y omnipresencia de un modo sostenible, y esto es la técnica digital: usémosla debidamente.

“MI PRINCIPAL OBJETIVO CUANDO COLECCIONO NO ES ATESORAR SIN MÁS, SINO INVESTIGAR Y DIVULGAR, DAR A CONOCER, RESCATAR EL VALOR QUE NO HA SIDO CONSIDERADO EN SU JUSTO TÉRMINO, O ADELANTARME A LOS VALORES QUE ESTÁN POR VENIR”.

P: Cuando le han definido como “coleccionista compulsivo”, usted ha respondido que es “apasionado y ecléctico”, pasión como sentimiento poderoso pero capaz de controlar sus sentimientos. Recuerdo que un artista me dijo que había que llegar al horizonte pero no pasarse porque una guillotina te cortaba la cabeza: ¿Cómo se encuentra el límite, qué hay en ese límite entre la pasión y el control de los sentimientos?

R: Como antes dije, el límite a una pasión coleccionista, que en principio puede parecer obsesiva y compulsiva, está en la racionalización del estudio. Mi principal objetivo cuando colecciono no es atesorar sin más, sino investigar y divulgar, dar a conocer, rescatar el valor que no ha sido considerado en su justo término, o adelantarme a los valores que están por venir. Controlo mucho mejor mi pasión coleccionista que otros sentimientos, a decir verdad. Sí, soy apasionado y visceral en todo lo que hago y todo lo que siento: no paso de puntillas por la vida. Necesito amar y muy especialmente, el arte, al que he dedicado toda mi vida; el arte hay que vivirlo, acostarse con él, y en no pocas ocasiones me han entrado ganas de hacer el amor con una obra.  Mi colección no es la de un nuevo rico que compra Jeff Koons o Damien Hirst porque están de moda en los círculos sociales que nada entienden de arte. No, eso no me interesa nada. Me interesa lo que ha cambiado la historia del arte, no los productos del arte. Esta es la colección de un historiador de un connoisseur y, de un “ojeador” (referencia a The Eye).

P: Circuló la leyenda de que algunos marchantes de arte pensaban que obras de ciertos artistas como Munch no les daban buena suerte: ¿Ha sentido alguna vez una sensación similar con alguna pieza?

R: La verdad es que no; no soy supersticioso. Más que en la suerte creo en el trabajo: la suerte está allí donde la preparación encuentra su oportunidad. 

“NO TENGO NINGUNA PIEZA NI NINGÚN OBJETO FAVORITO, NO ME GUSTA NI SIQUIERA QUE ME PREGUNTEN POR ELLO; ES COMO SI LE PREGUNTAS A UNA MADRE DE FAMILIA NUMEROSA A CUÁL DE SUS HIJOS PREFIERE…”.

P: Su colección abarca unas 7.000 piezas. Me ha gustado una anécdota que he leído sobre usted cuando dice que a veces se despierta en medio de la noche y se pregunta dónde está determinada obra: ¿Qué objeto real le gustaría llevarse al mundo de sus sueños?

R: No tengo ninguna pieza ni ningún objeto favorito, no me gusta ni siquiera que me pregunten por ello; es como si le preguntas a una madre de familia numerosa a cuál de sus hijos prefiere, primero no te va a responder porque no puede y segundo, es probable que se sienta ofendida. Sí es cierto que a veces me entra cierto desasosiego porque recuerdo algo que he adquirido hace tiempo pero que no estoy seguro de en qué almacén está. Soy muy ordenado y metódico, pero además soy otras muchas cosas y tengo una sola cabeza como archivo.

“LA PARTE MÁS POSITIVA O LA ÚNICA VERTIENTE POSITIVA DE LA GLOBALIZACIÓN ES PRECISAMENTE LA UNIVERSALIZACIÓN DEL CONOCIMIENTO”.

P: Durante la pandemia, los museos han realizado retransmisiones online en abierto de sus colecciones de arte y conferencias sobre los artistas ¿considera que es una forma de democratizar el arte y que debería continuar a pesar de haber acabado la parte más dura de la pandemia?

R: Sin duda. Esto enlaza con lo que antes respondía sobre la reconstrucción necesaria de la forma de relacionarse y conducirse. La parte más positiva o la única vertiente positiva de la globalización es precisamente la universalización del conocimiento. Si a un niño del Congo le das una tablet y una conexión a internet, puede llegar a ser un Premio Nobel. Nuestro museo ha apostado fuerte por la difusión online durante la cuarentena, organizando exposiciones virtuales, conexiones con nuestros artistas contemporáneos en todo el planeta, incluida la versión más dura de la pandemia en China, y organizando un recorrido pormenorizado por las obras de la colección presentes en CORPO y sus artistas, más de un centenar, al que cualquiera puede acceder desde su móvil o dispositivo personal. Esta es la senda que seguiremos, es la brecha positiva que ha abierto la pandemia, que ha sido como un revulsivo que vino a decirnos: ¡espabila que la vida pasa por delante! Y esto es no solo compatible con los proyectos expositivos in situ, sino que los reactiva y ayuda a que su difusión sea universal.

“CONOCÍ PRIMERO A RAFAEL SIERRA, NUESTRO DIRECTOR FUNDACIONAL Y ARTÍSTICO, QUE FUE MI CICERONE EN ESPAÑA Y SU ENTRAMADO DEL ARTE, Y JUNTOS LLEGAMOS AL PRESIDENTE EMILIANO GARCÍA-PAGE, SIN CUYO APRECIO Y DETERMINACIÓN POR ESTE PROYECTO, NADA DE ESTO HUBIERA SIDO POSIBLE”.

Arquería del reinado Taifa, sala 2 de CORPO, en el sotocoro del antiguo convento de Santa Fe. Toledo.

P: Muchos castellano-manchegos todavía no salimos de nuestro asombro y seguimos mostrando nuestra gratitud por su decisión de ceder una parte importante de su colección a sus museos de Toledo y Cuenca hace ya dos años: ¿Está personalmente satisfecho de aquella decisión? ¿Por qué decidió legar su tesoro a nuestra comunidad y a España?

R: Satisfecho a veces; en otras ocasiones muy disgustado. Esta aventura ha sido como una montaña rusa: unas veces arriba y otras, abajo. Conocí primero a Rafael Sierra, nuestro director fundacional y artístico, que fue mi cicerone en España y su entramado del arte, y juntos llegamos al Presidente Emiliano García-Page, sin cuyo aprecio y determinación por este proyecto, nada de esto hubiera sido posible. Teníamos varias ofertas en firme, pero Toledo nos pareció la más arriesgada y por tanto más interesante. Toledo es una ciudad eminentemente artística y cultural donde el arte moderno y contemporáneo era una anécdota, a veces mal cuidada. El reto de poner en diálogo tanta riqueza histórico-artística con los fondos de mi colección se hizo irresistible, y el resultado a la vista está, en el emblemático antiguo convento de Santa Fe, que es como el paradigma de la historia y la cultura no solo de Toledo sino de toda España, en fructuoso diálogo con el arte europeo que va desde finales del XIX a hoy mismo. 

P: Ha dicho usted que con su cesión se ha cubierto una laguna en los museos españoles: ¿a qué se refería? ¿Qué nos ha regalado?

R: Me refiero al período de la historia del arte que sigue a las colecciones reales de arte flamenco presentes en el Museo del Prado, que abarcan lo mejor de los siglos XV al XVII, y que se interrumpen con la salvedad de alguna magnífica y significativa aportación del Thyssen-Bornemisza. CORPO no solo ha llenado esa laguna de arte europeo de las vanguardias con obras maestras, prácticamente inexistente en este país, sino que ha permitido reanudar esta importantísima relación con el arte flamenco, que es uno de los polos capitales de la creación artística mundial junto a Italia.

P: El viernes 12 de junio se han reabierto las puertas de museos como la Colección Roberto Polo. Centro de Arte Moderno y Contemporáneo de Castilla-La Mancha, donde puede verse parte del legado del coleccionista. Conozco a gente, yo mismo, que se ha sentido deslumbrada por la belleza de su legado. Usted ha dicho que le da más satisfacción compartir que recibir… ¿Es una bonita historia en la que todos deben entonces dar las gracias?

R: El agradecimiento es siempre bienvenido. Francia me nombró Comandante de la Orden de Artes y Letras; el Metropolitan de Nueva York talló mi nombre en piedra a su entrada… En la vida, yo también he sido muy agradecido. He donado importantes obras de arte a un sinfín de museos e instituciones públicas vinculadas al mundo de la cultura. Ser agradecido es una de las mejores cualidades del ser humano, porque implica muchas otras y muy positivas, como la generosidad, la bondad, el altruismo, la sinceridad. Yo también le estoy agradecido a esta tierra de acogida.

DCLM

(Consulta la guía en: https://www.coleccionrobertopolo.es/recorrido-por-las-salas/)