El precio de la ambición

Tu ambición se ha visto truncada, querida Cayetana. Llegó la destitución y la vergüenza y fueron los tuyos los que te invitaron a marcharte. Pero no voy a hacer leña del árbol caído porque el sistema es despiadado con quien no acepta sus normas y te tocó a ti esta vez.

No te habías dado cuenta de que el poder es cruel. Que dentro de un partido hay reglas establecidas, alianzas. Te saltaste a la torera todos los protocolos para sobrevivir en el PP y te pusiste el mundo por montera diciendo lo que por tu cabeza pasaba, sin medir las consecuencias.

Alabo el atrevimiento por lo valiente pero no mediste a tus adversarios que, acechando en las sombras, esperaban cualquier fallo para tirarse a tu yugular.

No solo te atacábamos los de fuera por tu expresión violenta, sino que dentro, sentados a tu lado, tenías al enemigo que acabó contigo de un tortazo.

No perteneciste a la corte del señor Casado, donde para poder continuar hay que hacer mucho la pelota y decir mucho que si, aunque no te guste, aunque sea mentira.

 Y como eres chula y libre o eso te creías, llego García Egea que es mas malo que la hiel y te empujó al vacío.

Te vi desconcertada, intentando mantener la dignidad sin alterarte, aunque en el fondo se percibía el dolor y la ira del abatido en combate.

Te reclutará Vox, no te preocupes y estarás mucho mas cómoda diciendo las barbaridades que dices, disfrutando a placer. Allí te aplaudirán y tendrás un verdadero hogar entre sus filas. 

Te confundiste de partido, pero la vida segura que te coloca donde mereces. 

Solo queda decir: “Tanta paz lleves como descanso dejas”.

Marta Herrera