Crónicas Distópicas. El Sindicato del Crimen (El Barbas, El Polla, La Cospe…)

Aviso para querellantes: todo lo aquí escrito es fruto de la mente calenturienta del autor y la coincidencia de algunos nombres con la realidad es pura coincidencia.

El Sindicato del Crimen se había instalado en el Gobierno y desde allí operaba controlando cualquier movimiento. No había chanchullo en el país que no les dejara una jugosa comisión y la empresa que no pasaba por caja recibía el correspondiente aviso y si no se daba por enterada era visitada por el tesorero.

Para controlar a los ‘arrepentidos’ se había creado una policía paralela a cuyo mando estaba ‘Cospedín’, el hombre de confianza de ‘La Cospe’, que contaba con la asesoría especializada de Villarejo (recomendado por ‘La Cospe’ y ‘El Polla’), la bendición de ‘El Barbas’ y ‘La Pequeñita’ y la protección celestial de Jorge Fernández Díaz y su ángel Marcelo.

Aquella policía trabajaba indistintamente para el Sindicato del Crimen o para alguno de sus miembros (‘La Cospe’ y ‘El Polla’) y lo mismo destruía honras que convencía jueces, espiaba partidos políticos o devolvía al redil a los arrepentidos. En la tarea de destruir honras contaban con la inestimable colaboración de destacados periodistas, a cuyos medios premiaban con el dinero de campañas publicitarias.

El Sindicato del Crimen encomendó a su Policía Patriótica la Operación Kitchen para sustraer al extesorero documentación comprometedora que este, arrepentido porque le habían congelado las cuentas, podría utilizar contra ellos. Una pieza investigada por la justicia, que acusaba al Sindicato de “uso fraudulento de la función pública” y delitos como prevaricación, descubrimiento y revelación de secretos, malversación de caudales públicos…, de los que habría indicios evidentes contra Jorge Fernández Díaz y ‘La Cospe’, quienes podrían ser imputados como paso previo a la imputación de ‘El Barbas’ o ‘M.Rajoy’, que podrían ser el mismo misterioso personaje que aparece en los papeles del extesorero.

La instrucción judicial de la Operación Kitchen está muy avanzada y parece evidente que habría responsabilidades penales y políticas. Habría pruebas contundentes de que dirigentes del Sindicato manejaron fondos y funcionarios públicos para intereses particulares ilícitos como evitar que la sociedad y el juez Ruz tuvieran conocimiento y mayores elementos probatorios sobre la financiación irregular y delictiva del Sindicato. La responsabilidad de Jorge Fernández Díaz es palmaria por lo que afirma su antiguo secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, número dos en el escalafón del Ministerio de Interior. Pero la documentación que querían robar a Bárcenas podría afectar a ‘El Barbas’ y ‘La Cospe’, entonces números uno y dos del Sindicato, quienes tendrían interés en que esa documentación comprometedora nunca viera la luz.

Según acusa la Fiscalía y probarían varios recibís firmados, ‘La Cospe’ utilizó los recursos de la Presidencia de Castilla-La Mancha, concretamente a su director general de seguridad, conocido en la Policía Patriótica como ‘Cospedín’, para pagar en efectivo al chófer de Bárcenas, con dinero de los fondos reservados, a cambio de que le robara la documentación comprometedora para ella y su marido, conocido como ‘El Polla’. A ‘Cospedín’ se le atribuye la autoría del informe PISA (Pablo Iglesias Sociedad Anónima), lo que nos llevaría a pensar que pudo ser ‘La Cospe’ quien estuviera detrás del informe que corrió como la espuma por toda la Brunete Mediática.

Plumaroja 20