La mierda del ventilador y otras sutilezas

Es matemático. Cada vez que algún dirigente del Partido Popular queda en evidencia por corrupción o por ineptitud, se enciende el ventilador y aparece en el ambiente el virus del todos los políticos son iguales. Se trata de una vieja y bastante efectiva maniobra que consiste en extender la idea de que todos son igualmente corruptos o incompetentes para intentar salvar la imagen de los que realmente son corruptos o incompetentes. Ha vuelto a suceder con Ayuso y, mucho más, cuando su insultante inexperiencia puede afectar a Pablo Casado, el mismo presidente del PP que estuvo en Canarias donde reclamó un IVA super reducido para las islas donde no existe el IVA, parecía un chiste de gomeros. Este fin de semana surgieron también como setas artículos periodísticos, opinadores y otros correveidiles de redes sociales que se despachaban con esa generalización que trata de salvar el pellejo a los inútiles a base del descrédito general. Es una lástima que no podamos decirle al Covid “todos los virus sois iguales” para bajarle un poco la moral y desmerecer su efectividad. 

Los políticos de la oposición al gobierno de Pedro Sánchez, PP, Ciudadanos y Vox, han descubierto en los últimos tiempos que no es lo mismo gestionar que opinar sobre la gestión de otros, que es muy sencillo lanzar mierda con o sin ventilador a quien trata de enfrentarse con algo desconocido con decisiones que pueden beneficiar a un grupo y molestar enormemente a otros.

En este caso, el virus nos está enseñando muchas cosas que ya sabíamos pero que algunos trataban de esconder porque aspiran al apoyo electoral de una mayoría. Y es que, en la batalla entre la bolsa y la vida, la derecha se inclina por la bolsa y por eso se resiste al confinamiento aunque Madrid se convierta en un polvorín que siga contaminando a muchos más madrileños y a las comunidades vecinas. La Junta de Castilla-La Mancha ha adoptado muchas más decisiones que otras comunidades donde gobiernan PP, Ciudadanos y Vox. Eso es también matemáticamente incuestionale aunque algunos intenten seguir mitiendo al respecto.

No es sencillo tomar decisiones cuando existen tantos intereses legítimos en juego. Por eso el “déjame que decida yo” se ha convertido en un “mejor sigue decidiendo tu que yo me dedicaré a criticar tus decisiones".

Mientras, seguimos reclamando unidad contra el único enemigo que ahora mismo es el virus aunque algunos sigan empeñados en utilizar al virus para aumentar en lo posible su rebaño de votos.

elObservadorDclm