Desmontando al Partido "Popular"

Empezando por su nombre que ya es equívoco y contradictorio. Según el diccionario, “popular” pertenece al pueblo o pertenece “a las clases más bajas de la sociedad”. Veremos que es, precisamente, todo lo contrario.

El Partido Popular es una estructura política y económica que apoya a las clases más privilegiadas. Tenemos sobradas pruebas de ello, en particular las comprobamos cuando han gobernado con mayoría absoluta: fustiga a la sanidad pública, a la educación pública o a las pensiones publicas. Y todo ello siempre en beneficio de manos privadas. Dicen que bajan los impuestos pero los suben o los bajan para reducir los servicios públicos; aseguran que manejan mejor la economía aunque, como veremos, con un matiz: manejan mucho mejor su propia economía.

Si el Partido Popular contara solo con los votos de esas personas y entidades a las que beneficia, nunca ganaría las elecciones porque esos grupos representan una minoría frente a la gran mayoría “popular” a la que suelen perjudicar cuando gobiernan. ¿Qué hacen? 

A lo largo de los años, la empresa del PP ha desarrollado una serie de acciones dirigidas a captar el voto de ese gran colectivo al que nunca benefician cuando gobiernan. La mayoría de esas acciones van destinadas a utilizar medios de comunicación y redes sociales con la única tarea de desprestigiar a los demás partidos o, en este caso, al gobierno de coalición. Cada mañana aparecen en los quioscos los titulares más ofensivos e infamantes en medios que todos conocemos, con el fin de crear estados de opinión y desgastar la imagen de los líderes del Gobierno; cuando no pueden tapar alguno de sus múltiples casos de corrupción extienden la idea de que todos los partidos son iguales. Se llenan de españolismo pero no dudan en ir personalmente a la Unión Europea a desprestigar a nuestro país para seguir destruyendo la imagen de nuestro gobierno.

A lo largo de los años se ha probado que el Partido Popular se ha financiado con maletines, con “inversiones” o “apuestas” que realizaban personas concretas o grupos empresariales, dinero que iba a la conocida caja B del PP. Con ese dinero se financian sus campañas electorales, se mandan millones a paraísos fiscales y se beneficia a determinados medios de comunicación. La idea o la apuesta es que cuando el PP llega al gobierno, ese dinero entregado al partido se devuelve en forma de obra pública o de otros favores de enorme cuantía. La estructura es muy similar a la descubierta en la Comunidad Catalana donde empresarios han apoyado a los nacionalistas en sus campañas separatistas para después devolverles el “préstamo” con inversiones de dinero público. Los llamados “nacionales” y los “nacionalistas” se han manejado de la misma manera, cada uno con sus banderas y su propaganda.

Otro de los pilares básicos del PP es que el Poder Judicial mantenga durante el mayor tiempo posible una mayoría conservadora. Llevan dos años, con las más peregrinas excusas, oponiéndose a su obligada renovación para lo cual son necesarios sus votos. Ellos y nosotros sabemos el motivo del bloqueo.

La otra característica que se deriva de las anteriores es que el PP no piensa que la salud es lo primero a no ser que la enfermedad se ponga en manos de la sanidad privada. Lo primero es la economía porque el PP está hipotecado y hace negocios con esas personas y con esos grupos que también conforman su propia estructura.

Con estos datos se puede entender un poco mejor la postura del PP ante la pandemia, la “locura” de Ayuso, los titulares con que nos desayunamos cada mañana en los quioscos, su permanente acoso al gobierno y su apoyo a la economía antes que a la salud.

elObservadorDCLM