SON LOS MISMOS ASESINOS DE SIEMPRE

¿Por qué los que imponen un mundo donde sólo haya vencedores y vencidos, débiles y poderosos, opresores y oprimidos, se creen con el derecho a asesinar a todos los que se oponen a su propósito? 

Durante la Segunda Guerra Mundial, todas las potencias del “mundo libre” (aquel que no perseguía a judíos, aunque sí a comunistas y disidentes políticos) se unió por última vez para luchar por un objetivo justo: acabar con el holocausto europeo que llevaban a cabo la Alemania nazi y sus aliados. Antes aún de que acabase la guerra, en el año 1944, esta alianza de países libres cometió su primera traición: no liberar a España del sanguinario dictador Francisco Franco. Las Naciones Unidas, sometidas ya entonces a intereses norteamericanos y británicos, miraban hacia otro lado mientras Franco fusilaba cada día a cientos de presos republicanos y la vida en España se convertía en el patético infierno que para su derrotada población fue la larga y onerosa posguerra. 

Estamos en el siglo XXI, a 75 años del fin de la Segunda Guerra Mundial. Un comando terrorista, amparado tanto por sus criminales gobiernos como por sus recién electos presidentes, ha asesinado a un físico nuclear iraní y nadie en el mundo mueve un dedo para señalar a los culpables. Nos han impuesto un orden mundial de mutismo donde sólo ellos hablan, solo ellos pueden encarcelar, torturar y cometer con absoluta impunidad todo tipo de genocidios… ¿Les dejaran seguir asesinando impunemente a todos los científicos que se opongan a su demente concepción del mundo? 

Países como USA e Isael violan sistemáticamente los derechos humanos y se erigen en dioses para condenar a muerte a quien se oponga a sus designios. La comunidad internacional está cada vez más harta de sus sanguinarios e impunes atentados terroristas, pero la justicia internacional sigue cerrando los ojos. Mientras esa ramera llamada “Naciones Unidas” siga mirando hacia otro lado y permita a estos estados criminales seguir haciendo de las suyas, no habrá solución posible para el conflicto. No sé para la mayoría de los gobiernos que representa la ONU, pero para mí está claro que no tendremos la anhelada paz internacional mientras estos dos estados terroristas no desaparezcan para siempre de la faz del mundo.

Tomás F. Ruiz