Podemos pide un modelo sostenible para Puertollano

La sostenibilidad es hoy por hoy, junto a la igualdad de género, un elemento prioritario en cualquier discurso político. Sin embargo, aunque las palabras suenen parecidas, no todas las políticas de sostenibilidad tienen el mismo impacto ni buscan los mismos objetivos. En algunos casos, la sostenibilidad se ve más bien como una tendencia y una oportunidad de negocio, sin aspirar a cambiar el statu quo. Es lo que se conoce como capitalismo verde. Por el contrario, desde Podemos Puertollano defendemos la sostenibilidad como la vía para construir una alternativa al modelo económico neoliberal y un modelo de relaciones que ponga fin a la desigualdad.

Las imágenes que representan a las ciudades sostenibles están llenas de paneles solares, carriles bici, sistemas de reciclaje avanzado, huertos urbanos, aire limpio… Pero, siendo muy importantes, no son suficientes (además, Puertollano carece de casi todas). Ser realmente sostenible implica resolver las desigualdades entre barrios y rechazar el modelo de ciudad en el que una minoría hace dinero expulsando a las personas y al pequeño comercio de los espacios urbanos. Es muy estético presumir de atractivos proyectos verdes pero hay que cuestionar las lógicas económicas que convierten la propia ciudad en mercancía y anteponen los intereses económicos a los derechos de las personas.

Para que haya sostenibilidad debe haber equidad, igualdad de oportunidades y garantía de los derechos, el acceso a la vivienda y la energía, la calidad de los servicios públicos, la lucha contra la precariedad y la pobreza y la accesibilidad a los equipamientos son irrenunciables para la ciudad sostenible. Igualmente, la sostenibilidad conlleva profundizar los procesos democráticos, cuya máxima expresión local es la participación ciudadana en los procesos de decisión, planificación y gestión del modelo de ciudad. Puertollano carece de todo ello.

Por tanto, lo sostenible debe ser integral a toda la política local, desde la salud pública al desarrollo económico, del urbanismo a la inversión en infraestructuras. Y, sobre todo, debe procurar que los beneficios de la sostenibilidad lleguen a todas las personas y a todos los barrios.

Además, desde la lógica de pensar globalmente y actuar localmente, Puertollano sostenible debe contribuir a transformar el modelo económico, origen de la desigualdad y el cambio climático. La principal vía del ayuntamiento es fomentar la relocalización de la economía, tanto en lo que se refiere a la reindustralización de los centros urbanos (con artesanía o negocios de reparación, por ejemplo) como al fomento del comercio local y los circuitos cortos de producción, distribución y consumo, y la remunicipalización de los servicios públicos.

Puertollano no será sostenible sin políticas feministas. Perpetuar la desigualdad de género (la responsabilidad exclusiva en los cuidados, la baja participación política o la falta de oportunidades en la economía local) impide una sostenibilidad real para el conjunto de la población.

Hacer de Puertollano una ciudad sostenible es una opción política urgente, necesaria e ineludible, pero no será real sino se mejora la calidad de vida de las personas, se aseguran sus derechos, se refuerza la democracia y se respetan los límites del planeta.