Planeta Yang

El sello del Tao se divide en dos partes iguales, el yin y el yang. Aunque es algo más complejo, el yin simboliza la humedad, el agua, la sombra, lo femenino y el yang lo seco, el calor, el fuego, lo masculino. En el yin hay yang y viceversa. Uno no puede existir sin el otro y la enfermedad se produce cuando existe más cantidad o flujo de una de las dos caras. Parte de la medicina china se basa en estos conceptos, la salud se consigue cuando existe armonía entre ambos. Por eso tendemos siempre a compensar, en verano nos bañamos o bebemos agua, en invierno necesitamos más calor. El Tao se aplica también a la nutrición ya que existen alimentos yang o más secos como la sal y yin o más dulces, como el azúcar. 

A partir de estas ideas básicas, se puede pensar en otros conceptos como armonía y supervivencia, ya que un exceso de yang o de yin puede conducir a la muerte de un ser vivo. 

Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, el clima de la Tierra está cambiando. A medio plazo viviremos una progresiva desertización de grandes regiones planetarias. A largo plazo, dejaremos a las generaciones futuras, a los nietos de nuestros nietos, un litoral inundado y en continuo retroceso.

Sufrimos incendios casi imposibles de apagar que calcinan miles de hectáreas, aumenta la temperatura media del planeta y ese calentamiento global engendra más calentamiento. Según el informe, “debemos reducir nuestras emisiones de gases carbónicos como mínimo a la mitad en diez años para no entrar en escenarios climáticos realmente apocalípticos”.

Ya no existe lugar para la duda, “no se trata de especulaciones ni ideologías sino de un compendio riguroso de la aplastante evidencia científica que señala a las toneladas de gases de efecto invernadero emitidas a la atmósfera durante el último siglo como responsables de las sofocantes temperaturas de casi 50 ℃ a más de 50⁰ de latitud norte en Canadá, de las inundaciones escalofriantes sufridas en Alemania, Bélgica y China, de la sequía extrema de Asia Central y de los incendios inextinguibles de Siberia, Grecia, Turquía e Italia”. Más de veinte mil hectáreas se han calcinado en el incendio de agosto en Ávila. Este verano se han registrado casi 50 grados en Sicilia, la más alta de la historia en Europa. Tres ciudades de Castilla-La Mancha, Ciudad Real, Cuenca y Guadalajara, se encuentran entre las que más aumentarán sus temperaturas.

Los expertos aconsejan tomar medidas “muy serias y muy radicales”, entre ellas “aumentar en las ciudades el número de árboles, jardines, cubiertas y fachadas verdes; incrementar la presencia del agua en la ciudad, con fuentes, láminas de agua, humedales; colocar pavimentos drenantes para favorecer infiltración de agua; o crear anillos verdes, bosques urbanos y corredores ecológicos.

Nuestros ríos se secan. Puede que esta sea la última generación que disfrute del agua como lo disfrutamos en algunas partes del mundo. El ser humano ha roto el equilibrio, ha creado un universo Yang y está obligado a restablecerlo antes de que ya resulte imposible.

elObservadorDCLM