Mi bandera es la de España y no la bandera del PP y de Vox

Este asunto debe quedar zanjado. La bandera de nuestra patria es de todos y, por tanto, no es del Partido Popular ni de Vox. Pero la han manoseado siempre para dar a entender que son los únicos defensores de la patria y que, por tanto, la bandera es suya y de nadie más. Pero el PP y Vox no son, ni mucho menos, los que más y mejor defienden a España, en muchos casos todo lo contrario como cuando Pablo Casado va a la Unión Europea a decir que España está en quiebra. Casado y Abascal no representan por fortuna a todos los españoles y por tanto no son los propietarios de la bandera de todos los españoles. 

Particularmente este asunto me resulta insultante ya que conscientemente tratan de excluir de este símbolo a cualquiera que no sea ultraderechista. Al identificarse estos líderes ultras con la bandera de todos, se corre el riesgo de que manifestemos ante la enseña nacional el mismo sentimiento que albergamos hacia ellos y terminemos despreciando a uno de los símbolos más importantes de nuestra nación. La bandera de Casado no es mi bandera. La bandera de Abascal, no es mi bandera. Mi bandera es la bandera de España, la de todos los españoles.

Así lo decidió, el 24 de noviembre de 1978, el Consejo de Regencia en el Palacio de las Cortes: “se prohíbe en España el uso partidista de la bandera nacional”. El Real Decreto se crea precisamente para evitar que la bandera de España se utilice con fines partidistas, se prohibe su uso, entre otros, por partidos políticos y se concreta: "En manifestaciones, concentraciones y, en general, en toda clase de actos públicos, organizados por los grupos indicados en el apartado anterior, queda prohibida la profusión de banderas de España, pudiendo exhibirse, no obstante, previa autorización del gobernador civil una sola bandera de España junto a las enseñas, estandartes o banderas de los citados grupos o entidades, en cuyo caso aquélla figurará en lugar preeminente". 

Todos recordamos el 23 de mayo del año pasado en que los partidos de la derecha convocaron a los ciudadanos a manifestarse contra la actuación del Gobierno de Pedro Sánchez durante la crisis del coronavirus. Los manifestantes acudieron a la cita adornados con banderas española, envueltos en ellas y clamando “la libertad que nos ha sido arrebatada con el confinamiento”, un confinamiento que, ya sin ninguna duda, salvó miles de vidas.

En la revista “El rincón legal” encontramos un vídeo en el que se puede ver a Angela Merkel, canciller de Alemania y presidenta de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU, en alemán) desde el año 2000 hasta 2018, un partido de carácter conservador y religioso que en España atribuiríamos a la derecha, apurándose a impedir la utilización de la bandera nacional de Alemania en un acto político de su propio partido… El vídeo data de finales de septiembre de 2013, cuando el CDU obtuvo una mayoría aplastante en las elecciones acaparando el 41,6 % de los votos. Se ve como, inmediatamente, la canciller arranca la bandera alemana de la mano a su compañero de partido con gesto rápido y se deshace del banderín dándoselo a alguien del público, a la vez que pone un gesto contrariado.

En México, la diputada Guadalupe Díaz, ha propuesto una iniciativa para prohibir el uso de los colores de la bandera nacional “con fines de promoción política o personal y así preservar el respeto y homenaje a la nación y a sus héroes”. Porque también hubo héroes que murieron defendiendo nuestra bandera y tampoco eran precisamente de ideología ultra.

Puede que estemos siendo en España muy permisivos con la ultraderecha porque pensamos que si las autoridades corrigen sus desmanes tendría más argumentos para vociferar, pero el asunto es más grave cuando PP y Vox intentan también hacerse los dueños y señores de las fuerzas armadas, del ejercito y de los jueces, creando una especie de puzle con el que van juntado las piezas de un estado particular, el patio de su casa aparte de nuestra democracia y de las urnas. 

Eso no puede ni debe consentirse.

Gloria Gallas