Nada más tonto que un obrero de derechas

De manera clara y contundente, la derecha española, PP, Ciudadanos y Vox, son partidos que apoyan a los sectores minoritarios pero más poderosos de la sociedad española. Los partidos socialdemócratas, como el PSOE, y el resto de la izquierda llevan a cabo políticas que favorecen a un grupo mucho más amplio de ciudadanos con medidas sociales que permiten o al menos intentan redistribuir la riqueza, erradicar la pobreza, impedir las desigualdades, acceder a la sanidad pública, la educación pública, al tiempo que crean leyes que tratan de amparar la libertad de pensamiento y de actuar según la conciencia particular de cada uno sin la imposición de normas morales de comportamiento que favorezcan a sectores concretos. 

Tanto por su definición como por su puesta en práctica, la ideología socialdemócrata ampara a un número de ciudadanos mucho más amplio que los que apoya la derecha, lo que resulta más evidente cuando el PP llega al gobierno: más impuestos, más privatizaciones de lo público, más paro, más deuda, ese es su famoso milagro económico.

Obviamente, si la derecha recibiera solamente los votos de las personas a las que apoya, nunca conseguiría mayoría absoluta porque cuando gobierna no lo hace para la mayoría de los ciudadanos sino para la minoría de los más poderosos que marcan sus políticas: menos sanidad publica y más sanidad privada, menos reparto de riqueza, menos libertad de pensamiento, más desigualdades, más corrupción, menos educación pública, menos servicios sociales.

Por tanto, la derecha debe buscar la manera de manipular a muchos votantes a los que luego, cuando gobierna, nunca apoya: ¿cómo lo hacen? A través de los medios de comunicación que, en España, son mayoritariamente favorables al PP y Vox. Por qué sucede eso, es otra cuestión, pero sucede.

Se trata de un repetido proceso de acoso y derribo a líderes progresistas a los que ponen el traje y persiguen cada día hasta conseguir desacreditarlos y que pocos se atrevan a levantar un dedo para defenderlos. Otra de las prácticas de la derecha es enfrentar a las diferentes fuerzas y líderes progresistas, una trampa en la que por desgracia caen a menudo, favoreciendo el crecimiento de PP y Vox.

Esa es la única tarea de la derecha cuando está en la oposición: destruir imágenes, echar barro, rebuscar en cualquier asunto para presentarlo como la mayor afrenta contra España y los españoles. Hemos vivido episodios de auténtica vergüenza durante la pandemia, un esperpento de políticas erráticas del PP y de Vox que nunca han ofrecido su apoyo al gobierno y que no han dudado en utilizar al virus mortal en su beneficio político y para atacar al gobierno.

Además de los medios de comunicación que bombardean a cada instante con titulares enrevesados para indignar a los ciudadanos contra el gobierno y sus líderes, la derecha trata de mantener el apoyo de instituciones que deberían aparecer ante todos como meridianamente neutrales. En los últimos años, la que está en entredicho es desgraciadamente la justicia. Parece que a los ciudadanos no nos importa mucho que el Partido Popular de Pablo Casado lleve más de mil días bloqueando el mandato constitucional de renovar el Consejo General del Poder Judicial desde diciembre de 2018, fecha en que entró en funciones el órgano que es en definitiva quien maneja nombramientos de los altos tribunales en España. 

Si unimos los medios de comunicación y estas irregularidades tan evidentes en el Poder Judicial, podremos entender en parte como la derecha va escalando en las encuestas sin trabajar un solo día por los españoles, destacando y congratulándose de todas las desgracias y sin abandonar su acreditada factoría de corrupción.

Cuando hablamos de ideologías y de realidades políticas, da la sensación de que el tema no resulta tan claro como lo es en realidad, o bien no se le da la importancia que merece. Es muy probable que a los defensores de ciertas ideologías de la derecha no les interese entrar en un debate que luego se traduce en la práctica y en la vida real de las personas.

Particularmente, me maravilla la manera en que la derecha española consigue sus espurios objetivos y mucho más que reciban el apoyo de miles de personas a las que jamás han apoyado ni apoyarán nunca.

Gloria Galllas