El ruido y la piel de Génova 13

Una de las principales tareas de la oposición en España es generar ruido. Ruido para impedir que se trabaje, ruido para que no podamos centrarnos en la realidad de las cosas que realmente nos importan. También utilizan el ruido para enfrentar a los distintos partidos que apoyan al gobierno, para picarles, para tratar de indignarles con dos motivos: uno, que nada salga adelante y dos para sembrar permanentes recelos o dar a entender que siempre hay bronca entre el PSOE, Podemos y los otros partidos que apoyan al gobierno en temas puntuales pero importantes como la Reforma Laboral o la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. 

Mucho ruido y pocas nueces con el fin de enredar a la opinión pública para que nunca conozca la realidad de proyectos como la modificación de la regulación laboral de Rajoy de 2012, ante el nuevo futuro que se presenta en España en plena recuperación tras la pandemia. 

La idea es perdernos por las ramas que más interesan con el fin de sembrar enfrentamientos y confusión. Si por la oposición fuera, no saldría un solo proyecto adelante porque se trata de difundir la idea de que el actual gobierno progresista es incapaz de ponerse de acuerdo para modificar entre otras la reforma laboral. Pues parece que puede conseguirlo a pesar del ruido y de las provocaciones, ya sea reforma, modificación o modernización.

Sin entrar en los pormenores, sin debatir, dialogar o explicar el fondo de los Presupuestos para el próximo año, Pablo Casado se lamenta de que Sánchez “no escuche la posición del PP ante el proyecto que califica de “falso”, “radical”, “ruinoso” y concluye que es "un bodrio presupuestario”. Es otra costumbre de Casado insultar, desdeñar o deslegitimar y luego quejarse de que no le hacen caso. O tener más tres años bloqueado el mandato constitucional de renovar el Consejo General del Poder Judicial y asegurar que la culpa es de Sánchez. Casado dice que el proyecto de Presupuestos es “radical” porque cuenta con los votos de los nacionalistas. Hay que recordar que la Reforma Laboral de Rajoy se aprobó en 2012 con los votos del PP y de CiU y la oposición del resto de los grupos parlamentarios.

La idea es como siempre hacer ruido, como lo hicieron durante toda la pandemia, sin aportar esperanzas ni soluciones, ni al comienzo, ni en medio de la lucha despiadada contra el virus, ni durante la vacunación. Ruido y manifestaciones populistas con su bandera de España.

Y, por supuesto, esconderse en el más absoluto silencio para tratar por todos los medios de tapar su propio enfrentamiento interno entre Casado y Ayuso o dejar pasar hasta que se olviden los interminables y reales casos de corrupción que rodean a su partido. 

Un Partido Populista tan experto en hacer ruido que trata de convencernos de que la mejor manera de pedir perdón y asumir sentencias como el pago en negro de las obras de Génova 13 es vender el edificio, vender la piel del oso con el alma corrupta y en cuyo interior se urdieron tantas tramas ilegales durante más de 20 años.

Los insultos de Vox son ruido y otra cosa: falta de educacion pública y privada.

elObservadorDCLM