Vox y PP, la derecha traidora a su Patria

Una de las maravillosas paradojas de nuestra vida política es el travestismo del zorro convertido en guardián del gallinero que emana el inconfundible y fétido aroma de los guardianes de las esencias.

Con el único objetivo de ensuciar la imagen del gobierno de España, PP y Vox no dudan en mancillar a su propia Patria que tanto dicen defender con banderas, signos, y postureos.

Parece un maquiavélico juego de niños que la derecha española se dedique a lanzar barro a los ojos de España, difundiendo los peores augurios y los más negros heraldos sobre el futuro de nuestra Patria: ¿no se supone que son más españoles que nadie, los encargados de enarbolar la bandera y guardar las esencias morales, espirituales y políticas?. Pues no, PP y Vox se han convertido en la peor de las negaciones de la marca España, sus principales detractores dentro y fuera de la piel de toro. Salen a difundir al resto de Europa falsedades como que nuestro país está en quiebra, que no existen indicios de recuperación tras la pandemia, que el presidente de nuestro gobierno va a “repartir a dedo” los fondos de europeos  “obteniendo por ello dádivas”. 

Y dentro de la Patria, durante la pandemia no han hecho otra cosa que poner trabas a todas las medidas adoptadas, muy similares a las del resto del mundo y avaladas por la ciencia. Su intención siempre fue la misma, utilizar políticamente la desgracia de miles de españoles. Nunca han colaborado en la lucha contra el virus, sacaron las banderas para pedir libertad cuando los hospitales estaban llenos poniendo la bolsa por encima de la vida. 

Por mucho que intenten camuflar la verdad, la Organización Mundial de la Salud ha felicitado a España por su gestión de la pandemia, en el Plan de Recuperación Económico y Social, España ha obtenido la máxima nota de Bruselas y durante la crisis de Afganistan, Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha calificado a España como “un ejemplo del alma de Europa”.

Es triste decírselo a la cara: España camina hacia adelante con paso firme a pesar de todas las zancadillas que cada día pone esta derecha traidora a su Patria. 

En la última sesión de control al gobierno, el presidente Pedro Sánchez le ha dicho a Pablo Casado que le da vergüenza ajena escuchar algunas de las cosas que los dirigentes europeos le cuentan que ha dicho allí el presidente del Partido Popular.

Vergüenza ajena.

Parece un misterio que está maravillosa paradoja política resulte tan difícil de desenmascarar, tal vez por ser a la vez tan infantil, tan osada y tan obvia. 

Y eso que a pesar de ellos vamos saliendo lo mejor que podemos de los contratiempos. Si el destino, que Dios no lo quiera, torciera un poco más las cosas, se lo apuntarían como su mejor victoria.

elObservadorDCLM