Los que se empeñan en acabar con la "concordia" del "espíritu de Ermua"

Con Miguel Ángel Blanco se consiguió la “concordia” gracias al espíritu de Ermua, pero desde entonces ha llovido mucho y hay gente a la que la concordia no le interesa. Hay gente que vive instalada en la agresión constante y contínua  y cuando la concordia se alarga se aburren y buscan cualquier excusa para hacer algo que suelen hacer con facilidad los inmaduros: acusar a los otros de sus problemas.

En España se dice “Dios los cría y ellos se juntan”, pero en Argentina son más exactos: “Dios los cría y el viento los amontona” porque su inteligencia ni siquiera da para juntarse entre ellos. Eso le ocurre a la extrema derecha de vox, a la derechita cobarde del PP y a los que les gusta llamarse “liberales” de CS, que se juntan sin explicación, porque con toda probabilidad les habrá juntado el viento, como hace con los montones de “pelusa”.

Así han llegado a concentrarse esta mañana 200 personas en la puerta del Congreso de los Diputados con una convocatoria cuando menos paradójica “En recuerdo de Miguel Ángel Blanco y contra la Memoria Histórica” ¿No son muertes injustas todas ellas? ¿Por qué se empeñan en apartar el terrorismo de ETA del terrorismo de Estado que se vivió en España durante la posguerra? ¿Por qué se empeñan en hacer diferentes escalafones de víctimas de terrorismo cuando todas ellas son lo mismo?

¿No es terrorismo que se juzgue a alguien que no sabe ni siquiera qué delito se le imputa y que su abogado en lugar de trabajar en favor de su defensa mantenga silencio? ¿No es terrorismo ser tiroteado al pié de un árbol en medio de un monte, sin juicio previo? ¿No es terrorismo tener perdidos en alguna cuneta de España a aquellos que fueron la semilla y razón de tu presencia hoy aquí?

Estos que se empeñan en “recuperar el espíritu de Ermua” deben saber que es igual de doloroso la muerte de un ser querido por una pistola del calibre 9 mm que arrastrado en la cola de un caballo por todo el pueblo, frente a un pelotón de fusilamiento o porque "se les fue de las manos" a los que les interrogaban.

Cuando se habla de un dolor infinito, no se puede medir si era mayor o menor ese dolor en 1997, 1975 o 1940.

Todas ellas fueron muertes injustas, antes de tiempo. Personas a las que les quedaba mucha vida y a las que la intransigencia se la cortó de raíz y sin explicación. Esa misma intransigencia que ahora pasean PP, Vox y CS cuando son capaces de decir o de aplaudir las palabras pronunciadas por Ortega Lara: “Los asesinos gobiernan España de una manera cada vez menos disimulada”.

Es inaceptable que una víctima de ETA, quiera anular todo aquello que no sea producto de las manos asesinas del grupo terrorista, porque hay más terroristas de lo que aparentemente parece, con nombres distintos, con colores diferentes y escondidos en anagramas de diferentes letras.

La Concordia conseguida con el “espíritu de Ermua” no puede acabar porque “unos pocos” quieran monopolizar todos los atentados terroristas que ha habido en este país, algunos de ellos, compañeros muertos que defendían el mismo color y las mismas siglas de los que ahora están en el Gobierno, que seguramente se deben estar revolviendo  en las cunetas al escuchar como a ellos, que también fueron  víctimas del terrorismo de Franco, se les llama “asesinos”.

Es lamentable y muy penoso jugar a patrimonializar a los muertos de uno u otro bando. Valorar a unos con diferente precio que a los otros, cuando sabemos que todos ellos, sin excepción, deberían haber muerto “muerte natural”, porque víctimas son todos ellos y da igual cuándo, cómo, dónde o a manos de quien les fue arrancada la vida.

P. Moratilla