Agua, sequía, contaminación y sobrepoblación ¿ya es tarde?

Cuando en los años 80 y 90 se hablaba de los FDC y el agujero de la capa de ozono, eran pocos los que prestaban atención. Ha sido necesario llegar hasta el 2022 para que muchos de aquellos incrédulos empiecen a tomar conciencia del cambio climático y ahora… comienzan las restricciones.

Los fabricantes de hielo esperando la bajada del precio de la luz, no almacenaron hielo en el invierno y ahora ya es tarde para fabricarlo. Nos dicen que no habrá hielo, aunque eso es algo que cada uno de nosotros puede hacer en su casa, a menor escala o para salir del paso, pero es que también comienzan las primeras restricciones de agua en nuestro país.

Pone el vello de punta escuchar las cifras del agua, dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, que forman el 80% del cuerpo humano y el 70% del planeta (según National Geografic), pero de este 70% sólo el 3,5 % es agua dulce y tan solo el 0,025%es potable.

La UNESCO nos cuenta que hay agua para todos pero que su distribución no es equitativa y no ayuda a ello el cambio climático.

Hoy en el mundo hay 2.200 millones de personas que no tienen acceso al agua potable. 4.200 millones no tienen servicios de saneamiento  y 3.000 millones no tienen ni siquiera para lavarse las manos.

Hay quien pueda pensar que “están lejos”, pero estos deberían recordar el poema de Martín Niemöller “primero vinieron a por los gitanos… pero yo no era gitano”.

Esos que piensan que el 6º objetivo de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, “tener acceso al agua limpia y al saneamiento”, es un logro conseguido, solo hay que sugerirles que el río Tajo cruzaba hace 50 años el territorio de Castilla-La Mancha, invitando al baño a cuantos encontraba a su paso, algo hoy impensable, porque el Tajo lleva poco caudal y al poco que lleva no se le puede llamar agua…

Por eso en su recorrido se ha eliminado a un montón de personas de “tener acceso al agua limpia y al saneamiento”.

La UNESCO avisa de que en 2050 habrá 5.000 millones de personas afectadas por la escasez de agua. ¿Serán los castellano-manchegos algunos de esos 5.000 millones de personas? Pues con seguridad SI.

La impotencia no debe relegarnos, sino abrirnos los ojos a las causas de esta sequía permanente, además del cambio climático frente al que no podemos hacer nada, está lo que se conoce como “Huella hídrica” o lo que es lo mismo, la cantidad total de agua dulce que se necesita para producir los bienes y servicios consumidos por los habitantes de un país. Un dato que debemos tener en cuenta, sobre todo sabiendo que para producir un kilo de arroz hacen falta 5.000 litros de agua. No son descabelladas algunas sugerencias, cuando sabemos que la agricultura y la ganadería contaminan gran parte de los acuíferos subterráneos. En este sentido si podemos hacer cosas, como lo podemos hacer ante el  vertido de sustancias nocivas en el agua,  porque “cada gota cuenta” y porque donde no podemos hacer nada, es en el hecho de ser cada vez más personas en la tierra.

elObservadorDCLM