Feijóo se desinfla y Núñez se autoinfla

Paco Núñez y Alberto Núñez Feijóo tienen un problema común que les desautoriza para hacer oposición y mucho más una oposición tan exigente y poco constructiva como la que realizan contra los gobiernos de García Page y Pedro Sánchez. 

Su problema es que ninguno de los dos puede dar ejemplo ni presumir de haber cumplido lo que ahora reclaman, Paco Nuñez arrastrando la gestión de su partido cuando Cospedal gobernó en Castilla-La Mancha y Feijóo por la suya propia en Galicia. Ambos casos son un ejemplo de estrangulamiento obsesivo de las políticas sociales y servicios gratuitos a los ciudadanos: enseñanza pública y sanidad pública, recordemos que Cospedal enviaba enfermos de Castilla-La Mancha a hospitales privados de Madrid y pagaba las facturas, obviamente, con dinero público. 

Con Feijóo, la deuda se ha triplicado en Galicia. Con Cospedal, la deuda de Castilla-La Mancha fue la mayor en toda la historia de la región.

Tampoco pueden hablar de milagro económico, todo lo contrario. Con Feijóo, la deuda pública se triplicó durante los 13 años en la Xunta y la población en riesgo de pobreza ha llegado al 25%. En tan solo una legislatura, tres años y nueve meses, el PP de Núñez y Cospedal generó más deuda en Castilla-La Mancha que en los 28 años anteriores de gobiernos del PSOE. La región alcanzó con el PP una deuda pública de 12.858 millones de euros, la mayor cifra de la comunidad en toda su historia. Con Cospedal se produjo una espectacular crecida de 15 puntos en el desempleo entre menores de 25 años desde el primer trimestre de 2011 hasta el mismo periodo de 2015, liderando además el ranking de paro juvenil de toda España por comunidades autónomas.

Nadie imagina al presidente de Ucrania dirigiéndose a sus ciudadanos con mensajes apocalípticos sobre su futuro. El PP en España sí lo hace, en medio de una guerra que nos afecta.

El otro problema es que la única manera que encuentran para tratar de conseguir una mayoría para gobernar es pactar con Vox y que todo vaya lo peor posible en España y en Castilla-La Mancha para culpar a los gobiernos de mala gestión y reclamar al tiempo unas medidas sociales que nunca aplicaron cuando tenían las decisiones en sus manos.

El viaje y las alforjas puede ser un buen refrán aplicable a la tormenta que se organizó en el Partido Popular para defenestrar a Casado y ascender a Feijóo. Los que mandan en el PP orquestaron una operación fulminante porque Casado difícilmente iba a llegar al gobierno ya que nunca mejoraba las expectativas reales por mucho que maquillaran encuestas. La derecha española recibió con agrado el cambio del líder, al asociarse en un principio la imagen del expresidente gallego con la moderación y el diálogo, algo absolutamente preciso en estos tiempos de crisis tras la pandemia y en medio de las consecuencias económicas por la invasión rusa de Ucrania.

“Ningún dirigente político debe jugar con el miedo a la población”

Se trata de dos escenarios muy reales, que afectan a millones de ciudadanos y no se debería en ningún momento jugar a la política utilizando la enfermedad y la guerra para obtener ventaja, ni con las desgracias del virus, ni con el fantasma real de la crisis energética. Es de una indignidad moral absoluta lanzar mensajes catastrofistas a la población como están haciendo el PP de Feijóo y Núñez en colaboración con sus numerosos medios de comunicación: “Ningún dirigente político debe jugar con el miedo a la población”, le dijo Pedro Sánchez a Feijóo durante el reciente debate en el Senado.

Es indigno que en medio de una guerra que nos afecta directamente se lancen vaticinios de miedo y no de confianza. Nadie imagina al presidente de Ucrania dirigiéndose a sus ciudadanos con mensajes apocalípticos sobre su futuro. El PP en España sí lo hace.

La responsabilidad y la moderación del nuevo líder del PP han ido dando paso a la incoherencia o, como le dijo Sánchez, a “la mala fe”.

EL “ENTUSIASMO” CON FEIJÓO Y LAS ENCUESTAS DE PACO NÚÑEZ

Se acercan las elecciones autonómicas y generales. Quienes mandan en el PP están intuyendo que Feijóo empieza a debilitarse, no va a llegar a las citas electorales con su potencia inicial y lanzan mensajes triunfalistas en sus medios para tratar de sujetar una imagen por la que tanto han apostado y de la que tanto esperan recibir. No da tiempo para jugar ya otra baza como la de Ayuso.

Hace tiempo que el PP sabe que Paco Núñez lo tiene casi imposible en Castilla-La Mancha, algo que han reconocido incluso desde Génova. Hace unos meses se produjeron maniobras para sustituir a Paco Núñez por otro candidato o candidata, pero no encontraron un líder que quisiera enfrentarse a García-Page. Ahora se han resignado aunque el propio Núñez trate de inflarse con sus propias encuestas al tiempo que ciertos medios muestran los mensajes de “entusiasmo” de los votantes con Feijóo.

elObservadorDCLM