Las encuestas y los pianos

Mi hija tiene una empresa de transporte de pianos y es también afinadora, su mundo es la música y a veces me cuenta historias fantásticas como aquella melodía de las esferas, el “harmonices mundi” de Kepler que asignó a cada planeta una nota musical en función de sus órbitas: Júpiter y Saturno serían los más graves y, en ese concierto espacial, Mercurio se erigiría como la indiscutible soprano del universo. 

El mundo de la música es la única esfera en la que se mueve mi hija, esta mañana me ha visto mirando una encuesta política en un digital y me ha preguntado si las encuestas son creíbles, y para qué sirven las encuestas.

Mira, hija, el universo político gira en torno a una música creada para agradar a ciertos oídos o llenar a otros de cerumen y, en ese desconcierto, las encuestas son uno de los instrumentos más habituales o favoritos. El principal valor y el principal problema de las encuestas radica en que algunas son verdaderas, bastante rigurosas y suelen ofrecer un panorama real sobre las intenciones de voto. Pero, al amparo de estas, florecen otras muchas encuestas que son falsas y se crean esencialmente con una intención: apoyar a un partido político y animar a su electorado. 

Entonces, papá, ¿hay encuestas que son tan falsas como un piano de grande?

Claro hija, pero los creadores de estas encuestas son conscientes de que al apoyar a un partido político pueden también conseguir el efecto contrario, es decir que los seguidores del partido que sale peor parado y los indecisos se lancen el día de las elecciones y apoyen al que resulta menos valorado en esas encuestas falsas, fabricadas o cocinadas. En ocasiones, una encuesta favorece a los que se pretende perjudicar y por eso se dice que a las encuestas las carga el diablo.

Mi hija me dijo que se había perdido un poco, aunque entendía el concepto de que un piano o una encuesta bien afinados pueden dar la falsa sensación de que todos los pianos lo estén, “aunque a la hora de la verdad vayas a tocar el Claro de Luna y Beethoven suene como el culo”, dijo.

Bueno hija, hay una manera de acercarse a la realidad y es saber quién ha encargado la encuesta o para qué medios de comunicación se han cocinado. Si se trata de pianos de derechas apoyarán a músicos de derechas, algo que suele ser bastante habitual, se les ve mucho el plumero, pero las fabrican y las publican porque siguen la teoría del mimetismo del desconcierto o de que agua lleva el río cuando suena.

¿Aunque esté seco? Eso. Claro, papá, las teorías de Kepler eran un bluff pero su partitura sobre la música de las esferas sonaba muy bonita.

elObservadorDCLM