Los ecologistas radicales frente a la cobardía, la falta de dialéctica y la necedad

Es evidente que Paco Núñez no conoce la Celestina, obra máxima junto con El Quijote, de la literatura castellana.

El pueblano (de La Puebla de Montalbán  en Toledo), dejaba claro en el acróstico con el que acompañó la obra que “El silencio escuda y suele encubrir, las faltas de ingenio e las torpes lenguas” y añade además “Blasón que es contrario publica sus menguas, al  que mucho habla sin mucho sentir”.

Paco Núñez habla y habla, como los charlatanes, “buhoneros de sueños” del viejo oeste americano, sus pócimas y remedios, de resultados no probados o incluso probados con resultado negativo. Lo único que le diferencia de ellos es que los americanos buscaban los dólares como contraprestación, mientras que Núñez lo que busca son algunos votos que le den el triunfo por fin a la derecha en Castilla-La Mancha, aunque para ello tenga que pactar con los representantes del diablo en la tierra.

Paco Núñez, líder del PP en CLM está dando lo mejor de sí, al decir que quienes defendemos al río Tajo, que atraviesa toda nuestra comunidad autónoma, somos “ecologistas radicales”. Eso muestra claramente el conocimiento que Núñez tiene de la situación en la que se encuentra el río que ha dado históricamente la riqueza a esta tierra.

¿Qué adulto actúa de esta manera? ¿A cuántas personas más, aparte de Núñez, se les puede convencer de que vaya a mirar si llueve en la esquina? ¿Quién como Núñez es tan brillante como un agujero negro?

Algunos estaríamos encantados de estar de acuerdo con Núñez, de no ser porque sería una pena que luego estuviéramos equivocados todos con sus cantos de sirena, porque con los planteamientos no ocurre como con las fotografías, en este caso no se puede utilizar el photoshop.

Podríamos estar toda una vida tratando de explicar al PP que el aumento de caudales del Tajo, no es una reivindicación de los “ecologistas radicales”, sino un derecho que tienen los castellano-manchegos para mantener la salud de un río con el que conviven. Algo que han dicho científicos y políticos, los socialistas también con su presidente a la cabeza, pero además lo ha dicho en varias ocasiones el Tribunal Supremo con sentencias que condenan en costas al Gobierno murciano, que prefiere seguir pagando multas antes que pagar el agua de las desaladoras.

Toda esta explicación exhaustiva que se ha hecho ya en todos los medios de comunicación no le sirven de nada a los populares y mucho menos a Núñez. Podemos explicarlo mil veces, pero nunca podremos entenderlo por ellos. La naturaleza no nos hizo a todos igual.

Y es que la agresividad verbal del PP no tiene límites y nos recuerda los 19 insultos que Casado le dedicó a Sánchez, al que llamó en el Congreso de los Diputados: traidor, felón, ilegítimo, chantajeado, deslegitimado, mentiroso compulsivo,   ridículo, adalid de la ruptura en España, irresponsable, incapaz, desleal, catástrofe, ególatra, choivinista del poder, rehén, escarnio para España, incompetente, mediocre y okupa.

Tras esta “lección magistral” de uno de los defenestrados líderes del PP, Núñez, va más allá e insiste en la técnica y en la dialéctica. A los defensores del agua en CLM les llama “ecologistas radicales” y al presidente de CLM "Bravucón, chulo, soberbio, sobrepasado, retrógrado, ruin, cínico, mudo, vago, anomalía democrática, cobarde, radical, chapucero, hipócrita, amigo de proetarras, traidor, mentiroso, negligente, bochornoso, indigno, inepto, retrógrado, cobarde, sin credibilidad, sin criterio, el más mentiroso en la historia de Castilla-La Mancha, trilero, Judas, pequeño Artur Mas, fumador de paqcas de marihuana, vendedor de humo, sibilino, mentiroso, hombre, insensible o caradura” entre otras cosas.

Si todos estos insultos son como el de “ecologistas radicales” a quienes defienden el agua en su tierra, hay un buen grupo de gente que se va a sentir “ecologista radical”, que no le avergüenza serlo sino que les hace sentirse orgullosos de no dudar en sus respuestas, de tener claro que no quieren más trasvases al Segura que los estrictamente necesarios, de que cada gota cuenta y de que ni una gota de más al Levante. Algo que el presidente del PP de CLM aún no tiene claro evitando respuestas a la pregunta ¿Qué opina del trasvase Tajo-Segura?

A estas alturas todo el mundo sabe que los insultos solo sirven para demostrar tres cosas: la cobardía, la falta de dialéctica y la necedad de quien los pronuncia, y eso es algo que debería aprender el PP.