Corrales: "La ley trans ha dejado de patologizarnos"

Raffaella Corrales es una de las princípiales activistas trans en Castilla–La Mancha. Su compromiso político y social le viene de lejos. De hecho, también es concejala de Unidas Podemos en Tórtola de Henares (Guadalajara), donde está desarrollando diferentes propuestas en favor de los vecinos. Desde dclm.es hemos querido hablar de su labor, sobre todo en un momento en el que todo lo relativo a la transición de género se encuentra de actualidad, gracias a la nueva normativa que ha aprobado el Congreso de los Diputados, y que amplía los derechos del colectivo. ¡No te pierdas la conversación!

La Ley Trans, ¿en qué aspectos principales va a ayudar a las personas que transicionen de género?

Hasta el 2007, las personas trans, para tramitar los cambios registrales de adecuación de nombre y género, necesitábamos costear un proceso judicial, además de tener la reasignación genital realizada. A partir de ese año –el 2007–, las condiciones se suavizaron ligeramente, pero todavía se nos consideraba enfermos y necesitábamos certificar que llevábamos –al menos– dos años en tratamiento de terapia hormonal sustitutoria.

Esto suponía que, aproximadamente, la duración de toda la tramitación era de entre tres y cuatro años, en los cuales la vulnerabilidad de nuestro colectivo  se incrementada de manera exponencial, ya que vivir durante cuatro años con una documentación que no corresponde con tu realidad nos generaba una inseguridad que complicaba nuestras vidas. Las dificultades surgían en todos los espacios, como el laboral –el colectivo tiene una exclusión del 80%–, el sanitario, el educativo, el público y el social.

Pero hoy, con la ley ya en vigor, los trámites han dejado de patologizarnos y se han reducido los tiempos para los cambios registrales. La nueva normativa nos libera de la necesidad de sufrir procesos médicos que –a veces– no son deseados. Sin embargo, y aunque valoramos muy positivamente la aprobación de la nueva normativa, al final su redacción se ha mermado durante la tramitación parlamentaria, dejando fuera a las personas no binaries, a los menores de 12 años, a los migrantes y a la memoria y reparación de los daños que ha sufrido el colectivo.

En resumen, estamos ante una ley mejor, pero debemos seguir conquistando los derechos que todavía nos restan

¿Qué opinas de las críticas hacia la mencionada normativa provenientes de determinados sectores del PSOE?

Ha quedado clara la postura de determinados sectores socialistas cuando la exdiputada Carla Antonelli tomó la decisión de abandonar el partido en el que había militado toda su vida. Aunque se trata de una decisión personal, todas entendemos que su formación no le ha dado el apoyo que ella solicitaba durante la tramitación de la ley. La que fuera vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo, detrás de la cual sigue habiendo gran parte del Partido Socialista, ha mostrado su oposición a la mencionada normativa. Incluso, ha faltado al respeto al colectivo, haciendo declaraciones en las que aseguraba que las mujeres trans no somos mujeres…

Además, desde el PSOE se han promovido enmiendas para restringir los derechos de las personas menores. Por ejemplo, quisieron que los ciudadanos de 14 a 16 años necesitaran tutela judicial para los trámites. Finalmente, estas propuestas no fueron apoyadas por la mayoría de los grupos parlamentarios y la normativa recoge la posibilidad del cambio registral de 12 a 14 años con tutela judicial; de 14 a 16 años con asistencia de padres o tutores; y a partir de los 16 con la plena voluntad de la persona, sin ninguna vigilancia externa.

De hecho, si no hubiera sido por la oposición también del Partido Socialista, esta ley recogería o ampliaría los derechos a los menores. No en vano, existe una sentencia del Tribunal Constitucional de 2019 en la que se recogía que no se les pueden negar los derechos a las personas de menos de 18 años por motivo de edad.

Cuando anunciaste hace unos meses tu candidatura por UP recibiste el acoso de la ultraderecha y de otros sectores. ¿Cómo se pueden atajar estos ataques tan impresentables?

Efectivamente, presenté mi candidatura a las primarias de Podemos a la alcaldía de Guadalajara. Era consciente de que esto podría provocar una reacción contraria, ya que en mi vida y en las redes está normalizado el odio a las personas trans. Por  tanto, imaginaba que esto podía pasar, pero nunca al nivel de lo que finalmente ocurrió.

De la derecha extrema y de la ultraderecha siempre hemos recibido un odio visceral, aunque lo que más me sorprendió fue la furibunda ola de odio dentro del colectivo de las llamadas «terf», feministas radicales trans excluyentes. Que los ataques surgieran de las personas que deberían ser aliadas fue lo más doloroso del proceso.

Por otro lado, y a pesar de formar parte del grupo político que ha promovido la llamada ley trans, también tengo que destacar que, sobre todo a nivel de las estructuras provinciales, continúan colocando nuestras vidas –las de las personas «trans»– en un debate sosegado. Por ejemplo, para hacer avanzar la ley, estuve unos días en huelga de hambre, pero el apoyo de mis compañeres fue nulo, aunque es posible que sea una percepción mía. También solicité tanto a mis compañeros de Guadalajara capital como de Azuqueca que presentaran una moción –que construimos desde el colectivo– en apoyo de la ley ya vigente, pero consideraron que no era un buen momento para ello.

¿Crees que lo trans está más aceptado entre la sociedad española que entre ciertos sectores de la política? ¿Por qué?

La sociedad va un paso por delante de algunos sectores políticos. La ultraderecha y la derecha extrema están –por supuesto– en contra del reconocimiento de los derechos de todes les ciudadanes. Algo que también se distingue en una parte minoritaria del feminismo radical, con la excusa de que les restamos derechos a ellas. La consecución de reconocimientos de otros colectivos puede suponer –en algún caso– la reducción de privilegios de otros, pero nunca la negación de sus derechos. Eso, jamás.

En algunos sectores de la política –máxime en periodo electoral– todo son parabienes hacia el colectivo. Hemos visto a diputados y senadores del PP poner el valor el matrimonio igualitario, cuando lo tuvieron recurrido ante el Tribunal Constitucional. En el PSOE, aunque la mayoría del partido sí se encuentra a favor de legislar los derechos, algunos de sus miembros también están en posiciones retrogradas. Estos últimos posicionamientos se han escuchado mucho, dada la representatividad de la exvicepresidenta, pero también ha habido diputados socialistas que, abiertamente, nos han mostrado su apoyo, como Carmen Baños. 

Eres concejala de UP en Tórtola de Henares. ¿Cómo se puede visibilizar esta realidad a nivel municipal? Sobre todo, en un pueblo pequeño, como es Tórtola.

El solo hecho de acudir al pleno una mujer trans ya es activismo. Hacernos más visibles  también es realizar activismo. Asimismo, desde una de las asociaciones a las que pertenezco creemos que una de las mejores formas de dar a conocer el colectivo es a través de su cultura, reflejada en libros, cortometrajes, películas u obras de teatro. De esta forma, pretendemos acercar a referentes de nuestras reivindicaciones a las poblaciones y, así, conseguir que en pueblos de nuestra provincia caminen libres personas del colectivo.

En cualquier caso, mi experiencia en el Ayuntamiento de Tórtola de Henares no ha sido fácil. En ningún momento me han reconocido nada que no fuera lo estrictamente legal. Como mínimo, diría que ha sido un camino lleno de dificultades.