Jesús Garrido: "El trasvase responde a intereses económicos"

Es una de las personas más conocidas en el ámbito ambientalista y conservacionista de la región. Se trata de Jesús Garrido, cabeza visible de Ecologistas En Acción de Castilla-La Mancha, con quien hemos querido hablar sobre los temas medioambientales más candentes en nuestra región. No sortea ninguna pregunta. Se moja en todas las respuestas. ¡No te pierdas la conversación en dclm.es!

El trasvase Tajo–Segura, ¿se debe cerrar ya?

Sí, estamos en una situación crítica y no va a ir a mejor. El cambio climático y la pérdida de biodiversidad, con los problemas añadidos de sobreexplotación de recursos (tierra, agua, energía fósil...), ponen en riesgo la vida de muchos seres humanos. Además, la zona mediterránea es un lugar que va a verse muy afectada por estos procesos. Tanto los agricultores como el resto de la sociedad deben de ser conscientes de que el cambio es imprescindible y ha de ser urgente, tanto para la sostenibilidad de nuestro sistema alimentario como para nuestra  propia supervivencia.

Sin embargo, hay más factores en este tema. En realidad, no se trata de solidaridad entre cuencas o vertebración del Estado, sino de intereses económicos –en algunos casos extranjeros–, contra toda la población española. En realidad, la gente no se beneficia en absoluto de esta gestión de un recurso común, pero en lo primero en lo que tenemos que pensar es en cómo van a vivir la gente que trabaja en esas zonas que –antes o después– no se van a poder regar, por normativa o porque –cuando sea demasiado tarde– la naturaleza lo impida. Además, es muy paradójico que exportemos agua desde el lugar más seco de Europa a los lugares más húmedos.

¿Cómo se deben abordar los problemas de sequía que sufren algunos humedales de la región, como las Tablas de Daimiel?

Las sequías, aparte de las condiciones que impone el cambio climático, son recurrentes en nuestro país. Es una más de las características con las que debemos aprender a convivir. Por ello, no tiene sentido los trasvases, ya que no resuelven los problemas de fondo. Es desnudar a un santo para malvestir otro.

Para abordar esos problemas sin dañar otras regiones ni desperdiciar agua hay que, primero, eliminar radicalmente los regadíos ilegales y después reducir muchísimo los legales. Todo ello, hasta que los niveles hídricos se recuperen.

Estamos hablando de que hemos matado una maravilla de nuestro país –los ojos del Guadiana–, y con ellos a gran parte de la vida de su cuenca. Esto, al final, se trata de intereses económicos de unos pocos contra la vida de la mayoría. Porque, parece evidente, que lo que se quiere hacer es mantener una imagen de normalidad en las Tablas para que se pueda seguir regando a los niveles que se está haciendo ahora y que van en contra de toda lógica.

Nuestra región está apostando por las energías renovables. ¿Existe una burbuja en torno a este sector? ¿Se han de limitar la instalación de fotovoltaicas y eólicas?

Las renovables se han alzado en la actualidad –única y exclusivamente– como una burbuja. Sobre todo, si tenemos en cuenta tres cosas. Primero, que los precios para la mayoría de la gente no dependen ni trabajan de la cantidad de aparatos de captación de energía renovable que se pongan en su región o población. Segundo, que nuestra región es excedentaria, exportamos electricidad al resto del país y, sin embargo, los territorios que la reciben son más ricos económicamente. Además, los  beneficios también van a inversores de fuera de nuestra Comunidad Autónoma e, incluso, de nuestro país.

Y, tercero, los fondos europeos se están usando para grandes proyectos, cuando debería de haberse enfocado al autoconsumo y a las cooperativas locales. Si no se limita esta locura, cuando acabe la vida útil de esos aparatos tendremos una región llena de basura y vacía de gente, ya que estos proyectos fomentan el éxodo rural.

Uno de los problemas que sufrimos en Castilla–La Mancha tiene que ver con los incendios forestales. ¿Existe buena gestión de los bosques en nuestro territorio, que pueda atajar este problema? ¿Por qué?

El dispositivo es insuficiente y menguante. La temporalidad de los trabajadores del servicio de extinción provoca que la profesionalización sea muy deficiente, ya que muchos abandonan el trabajo al no encontrar estabilidad. Además, no se cumplen las tasas de reposición, convirtiendo el que debiera ser un sector profesional y estable en una ocupación de temporeros.

Las labores forestales se llevan a cabo primando la rentabilidad económica, por encima de una planificación lógica. Se actúa en zonas en las que las hectáreas se completan rápido, y con grandes carencias de criterio técnico. De igual forma, se tiende a utilizar cada vez más maquinaria pesada en las labores de prevención, buscando nuevamente la rentabilidad económica, causando graves destrozos en las zonas en las que actúan, tanto en la vegetación y fauna como en los suelos, erosionando y compactando.

Se siguen permitiendo las quemas agrícolas, que generan gran cantidad de incendios no naturales en la época en que se permiten dichas prácticas, en lugar de apostar por técnicas más racionales, como la trituración o el compostaje.

Y, además, se continúa permitiendo el trabajo de maquinaria agrícola en épocas de peligro alto sin medidas de prevención obligatorias. Sólo están vigentes las recomendaciones. Las chispas que provocan estas máquinas (cosechadoras y empacadoras) son la mayor causa de incendios no naturales en la época de alto riesgo en nuestra región.

Por último, las campañas se acortan cuando las condiciones son favorables (lluvias abundantes, temperaturas frescas), pero nunca se alargan en años desfavorables (sequía, temperaturas elevadas).

Desde la Consejería de Desarrollo Sostenible han impulsado iniciativas en favor de la Economía Circular. ¿Van Por el buen camino? ¿Se tendría que estimular más el comercio de proximidad?

Hay un problema de fondo. Están intentando que la economía crezca, pues nuestro sistema socioeconómico lo necesita para sostenerse. En cambio, la economía circular es, por definición, estacionaria. No puede crecer. Se deben eliminar, de manera urgente, los procesos que generen residuos que no se puedan reutilizar, la exportación de recursos, la utilización de insumos que destruyan nuestro suelo y envenenen nuestra agua. Y de paso, se ha de potenciar la producción regional, de kilómetro Cero, relativa a productos básicos.

Recordemos que nos enfrentamos a una crisis no solo climática, sino también de materiales, energética, de biodiversidad… Y nuestra gente depende de productos que se fabrican lejos, que son muy contaminantes durante su fabricación, distribución y tras su vida útil. Algo que no parece estar cambiando.

Cualquier producto que requiera de energía intensiva para ser producido, que genere residuos o que se tenga que trasportar lejos para su venta, no es ni será nunca circular.