Los machos de Vox son unos cobardes y pactan gobiernos con un partido donde hay muchísimos gais y lesbianas

Parece un oxímoron que los machos de Vox sean tan cobardes. Si van de machotes podrían atreverse a ir a todos los debates públicos para que sepamos en realidad qué piensan, al margen del montaje que ellos mismos se han cocinado contra el sanchismo, junto a sus gemelos siameses del PP. Los dos juntos en unión han levantado el edificio de una distopía orwelliana que parece ser su única propuesta, un circo con elefantes donde quieren meter en casa y en vereda a las mujeres y en el armario a los homosexuales. Y lo peor es que en esa cobardía han contagiado a los del PP aunque los de Feijóo, tan llenos de contradicciones, tienen en su haber de gente de bien a su portavoz en el Senado, Javier Maroto, casado con otro hombre gracias a la Ley del gobierno socialista de Zapatero. Maroto ha dicho en una entrevista que hay “muchísimos gais y lesbianas en el PP”, joder: ¿qué piensa de eso Abascal y los de su tribu que van por ahí retirando carteles arcoíris y repartiendo carnets de machos patanegra?

Claro que yo en su lugar también me negaría a ir a debates en medios públicos o privados que no tienen controlados al cien por cien. Feijóo y Abascal han obligado al grupo Prisa a cancelar sus debates electorales en los que también habían invitado al PSOE y a Sumar. 

No quieren ir porque tienen miedo a dos cuestiones básicas: una, a que Feijóo siga diciendo tonterías de las suyas como confundir a Valencia con Barcelona o decir en Badajoz que está en Andalucía, o decir que tiene la pupila dilatada por la intensa luz de Cadiz sin necesidad de ir al oftalmógo, cuando todo el mundo sabe que la pupila se contrae con la luz de Cádiz o de donde sea; o asegurar que “para estar en Cataluña hay que vivir en Cataluña”, o que “todos los españoles somos catalanes, vivan donde vivan”, o decir que Picasso nació en Cataluña y que “la mentira y la posverdad nos esclavizan y podemos situar el nacimiento de la posverdad en aquella distopía escrita por Orwell en el año 84”. En fin, ya le conocemos, el alcalde somos los vecinos el alcalde como dijo su telonero Mariano en la anterior temporada del Club de la Comedia.

Tienen además miedo a debatir porque se han dedicado exclusivamente a difundir bulos y postverdades con permiso de Orwell que escribió “1984”, en el año 1949. Hay que ver lo que está aprendiendo Núñez Feijóo desde que vino de Galicia donde era feliz viajando en barco con el famoso narco con el que también celebraba comidas en familia y en la intimidad. Lo dijo el propio Marcial Dorado: "no fue una tarde en un yate sino muchos años en los que pasábamos juntos las vacaciones".

Llevan cinco años creando una realidad paralela en el Falcon donde viajaban Aznar y Rajoy, con la Eta que abandonó la violencia el 20 de octubre de 2011 gracias a las gestiones del gobierno socialista de Zapatero, con las revueltas catalanas que inundaban las calles cuando Rajoy era presidente y que se han calmado ahora con el pérfido sanchismo que hay que derrocar para que vuelvan los catalanes a las calles de Valencia o de Badajoz a pedir la independencia de Murcia clavando su pupila en mi pupila azul, etcétera.

Se han dedicado a lanzar bulos, mentiras y perversidades en sus numerosos medios y se han descuidado de la gestión de la realidad, de la marcha de la economía, del paro, de las ayudas para que puedan vivir mejor los más necesitados. De eso, amigos PPVox, ni puta idea, se lo puedo decir más claramente pero no puedo.

Y, claro, en un debate serio no se va a hablar de bulos y de mentiras, ni el machote de Abascal va a poner en duda el matrimonio de Maroto con su moto o con su caballo con el que piensa entrar en La Moncloa para organizar en sus jardines cacerías de faisanes con sus amigotes y hacer lucrativos negocios con los desokupas que cobran tres mil euros por liarse a mamporros y que ahora anuncian la creación de un ejército privado como el del grupo de mercenarios rusos Wagner, en caso de que Sánchez gane las elecciones debido al pucherazo que ya ha pronosticado el PP.

Siento decir que algunos de mis antiguos amigos han caído en la trampa de la realidad paralela: antes eran normales y ahora son adictos a las mentiras para derogar cuanto antes el sanchismo.

Se atribuye a Dostoievski la frase: “La tolerancia llegará a tal nivel que las personas inteligentes tendrán prohibido pensar para no ofender a los imbéciles”. 

Es verdad que llevamos años siendo muy tolerantes para demostrar que no somos intolerantes, una frase que yo le regalo personalmente a Fiódor Feijóo. Les hemos dejado que nos comieran el coco y el terreno con sus sandeces y no hemos respondido a cada una de ellas debidamente a tiempo y muchos se lo han creído: idotas, os están engañando para quitar a Sánchez y ocupar ellos el gobierno. El inefable periodista Emilio Romero, falangista y director de "Pueblo" escribió: "La derecha, para ganar unas elecciones tiene que mentir y la izquierda, sin embargo, no; simplemente porque la derecha defiende los intereses de doscientas familias y eso no da votos suficientes". No hay que ofender a los imbéciles.

Y no se si ahora tendremos tiempo suficiente para desmontar su castillo de necedades.

Gloria Gallas