¿Por qué los líderes de la derecha son siempre unos consumados mentirosos?

La cuestión que cabe preguntarse es por qué los poderes que dirigen a los partidos de la “derecha” buscan siempre líderes que mientan con esa seguridad pasmosa, auténticos profesionales de la mentira que demuestran estar muy acostumbrados a decir y mantener lo contrario de la verdad con absoluta naturalidad, incluso cuando públicamente les demuestran que están mintiendo. Aznar fue un mentiroso (guerra de Irak, 11M), igual que Cospedal (Caja B del PP, trama Güertel...), Rajoy (Bárcenas, empleo, pensiones, bajada de impuestos...) y Feijóo (Marcial Dorado, pensiones, lista más votada...) , una auténtica escuela.

Es obvio que buscan estos perfiles porque cuando lleguen al gobierno, si llegan, van a necesitar de un partido político y de un presidente que sigan mintiendo a los ciudadanos para hacerles creer que están cumpliendo lo que prometieron durante la campaña electoral, aunque, en realidad, estén haciendo todo lo contrario. Esas mentiras deben durar una o dos, las legislaturas que aguanten, antes de que resulte muy evidente que están manipulando y aprovechándose de la mayoría de los ciudadanos para beneficiar los intereses de unos pocos.

No son tan pocos en realidad ya que se trata de un fantasma, bien coordinado, que recorre el mundo: los grupos de poder se han unido, han creado partidos ultras y estas tramas con mecanismos similares para apropiarse del dinero público y ser mucho más inmensamente ricos y poderosos de lo que ya son.

La mentira se convierte así en el principal elemento para justificar que en realidad se impulsa a llegar a los gobiernos a partidos y a presidentes que van a beneficiar esos intereses concretos, muy particulares, precisamente los intereses de los poderes fácticos que financian una enorme maquinaria de partidos políticos, de líderes mentirosos y de medios de comunicación que difunden y afianzan sus mentiras. 

En una dictadura, esos poderes se imponen y se perpetúan; en una democracia, es preciso convencer a una mayoría de votantes, aunque luego el gobierno que han elegido se convierta en su principal enemigo. Ya es un clásico, la frase de Cospedal en Castilla-La Mancha cuando dijo la verdad al confundirse en una palabra, saquear por sacar: “hemos venido para saquear a Castilla-La Mancha de la crisis”.

Ya conocemos buena parte de la trama que comienza por hundir la imagen del contrario, en eso se emplean durante el tiempo necesario, en poner el traje a quien pretenden derribar hasta que producen en una gran mayoría de los ciudadanos una sensación de rechazo hacia ciertos líderes, una asociación de repulsa hacia su imagen y hacia su persona: la idea es conseguir que la gente, nada más verlos, en las fotos o en la televisión sientan incluso odio hacia él o ella, aunque se trate de buenos gestores que apoyan a la mayoría hasta donde les dejan. Además de eso, suelen ser buenas personas.

Poner el traje, incitar al rechazo hacia un político, es pues la primera parte de la manipulación. La segunda parte es ya bien conocida por todos ya que llevamos muchos años viviendo intensas y diarias campañas de acoso, bulos, falsedades…, que, mil veces repetidos, terminan también calando en la percepción de la imagen que se hacen los ciudadanos del trabajo de partidos o de líderes como Zapatero o Pedro Sánchez…

El argumentario de cada día es sencillo porque, además de dar vuelta a los calcetines de la realidad, no tienen más que fijarse en sus propios insultos y mentiras y ponerlos en boca de sus oponentes, destruir ayudas sociales, las pensiones, la sanidad pública, derribar el edificio social y acusar a sus oponentes de ser ellos quienes lo destruyen.

Fue muy significativo, en este sentido, el arranque de Abascal en el último debate en TVE, en el que comenzó diciendo que Sánchez y Díaz habían ido allí a insular y a mentir. Buen intento porque así descalificaba de entrada todas le verdades que iban a lanzar contra él y contra la sombra del ausente que viajaba en barco por Galicia con un poco de crema en un hombro. Claro que él nunca estuvo allí.

elObservadorDCLM