El futuro político de los Núñez

Tras las elecciones, llega el momento de rendir cuentas. No es lo mismo en todos los partidos, aunque en todos se mide en función de los resultados de sus líderes. Sucede como en un equipo de fútbol y con sus entrenadores, aunque en realidad el peso lo lleve todo el equipo. En el PSOE, tanto García-Page como Pedro Sánchez han salido reforzados, más el presidente de Castilla-La Mancha que ha conseguido mayoría absoluta, mientras que Sánchez ha mejorado los resultados de las anteriores elecciones y es posible que pueda gobernar si consigue sumar mayoría absoluta. 

Tampoco han sido malos los resultados de los dos líderes del PP, Paco Núñez y Núñez Feijóo, pero el líder del PP en Castilla-La Mancha no ha conseguido el objetivo de gobernar y el gallego es muy probable que tampoco. 

En el PSOE y en otros partidos los fracasos electorales suelen ser asumidos por los líderes que ceden el paso a otros, según los procesos electorales establecidos en cada uno de ellos. 

El PP es diferente porque sus líderes deben rendir cuentas ante otras instancias que son quienes llevan en realidad las riendas del partido. Se trata de poderes fácticos y económicos que cuando el PP está en la oposición le ofrecen tanto los argumentos como los medios de comunicación para difundirlos. No es un regalo, es una gran inversión. Se trata en realidad de una apuesta que debe rendir beneficios y eso solo sucede cuando los líderes por los que se ha confiado cumplen con su parte que es llegar a los gobiernos.

Parece que eso no va a suceder en el caso de los Núñez. 

Igual que pasó con Pablo Casado, su posible relevo dependerá de las posibilidades de encontrar unos líderes que, según las apuestas y las encuestas, garanticen lo que ellos no han logrado para de nuevo recibir todo el apoyo y los argumentos que deben vender ante los españoles.

Los dos Núñez recibieron el encargo de derribar a Page y a Sánchez. Los argumentos para lograrlo se basaron exclusivamente en el acoso y derribo, bulos y mentiras permitidos e incluso fomentados y nada de hablar de gestión o de programa de gobierno. Toda la guerra se basó en derogar a ambos líderes aunque tanto Page como Sánchez realizaron una buena gestión política y económica en medio de grandes crisis. Ambos Núñez estuvieron cerca de lograrlo, no por su solidez sino por la manipulación del mensaje y el amplísimo entramado de medios a su servicio.

La apuesta no ha ganado en la ruleta y, por tanto, el futuro de los Núñez está en el aire.

elObservadorDCLM