PILLERÍAS

Le damos una gran importancia a nuestra situación política porque hay mucho en juego. Algunos partidos políticos se lo toman al pie de la letra y se dedican permanentemente a jugar. Salen al recreo, diseñan las normas del juego y se permiten todas las pillerías posibles para ganar el partido. 

Son pillerías de adultos, estrategias en las que han ido acumulando una trayectoria tan larga como el ser humano lleva intentando influir, convencer, obligar y, ya en democracia, captar la mayoría de los votos para llegar al poder.

En este caso, muchas de las pillerías van dirigidas a derrotar al adversario y vender un producto sin ninguna garantía, es decir no cumplir nunca las promesas electorales y gestionar luego precisamente en sentido contrario. Porque si los electores supieran lo que harían si llegan al gobierno, no les votarían nunca.

El conjunto de pillerías de la derecha española no se detiene a la hora de crear verdaderos dramas o terremotos que nos sucederían a todos, en caso de no ser ellos quienes gobiernen. Da igual recordar y recordarles que ellos hicieron más o peor de lo mismo que vaticinan. 

Ellos salen al recreo y con vocerío de adultos imponen las normas del juego hasta crear una realidad paralela, al margen de la vida real,  un espacio teatral con actores consumados que intentarán indignar al público contra los otros y vender crecepelos a los incautos aunque ni siquiera estén calvos.

Puede que un día la derecha española no necesite de argucias para llegar al gobierno en democracia pero para ello deberá modificar profundamente su estrategia, gestionar la vida real mejorando en lo posible la vida de una mayoría de ciudadanos y, desde luego, olvidarse de las pillerías.

elObservadorDCLM