La breva, el higo, la sartén, el mango y un razonable gesto de agradecimiento por parte los indultados

Al margen del empacho de propaganda apocalíptica de la derecha sobre el proceso de diálogo de Pedro Sánchez para la formación de un nuevo gobierno de progreso, sería de agradecer algún gesto positivo por parte de los previsibles socios del PSOE para la próxima legislatura. 

Que Junts, por ejemplo, agradeciera en su caso las medidas de gracia para los encausados del procés y que colaborara con gestos de ese tipo, restando de paso argumentos a quienes pretenden por todos los medios la celebración de nuevas elecciones a ver si entonces cae la breva y todo lo demás ya les importa un higo como es habitual en sus cosechas. 

Ser socios es mucho más que forzar a uno de ellos para que dé la clara sensación de claudicar o arrodillarse ante el otro. Es verdad que en este caso los partidos que deben apoyar a una investidura de Sánchez tienen la sartén por el mango y el mango también. También es cierta la incesante presión de una mayoría de medios de comunicación en manos de la derecha para inflamar más que para distender la vida política y social en España. 

No les reclamamos que pidan perdón, que deberían aunque no lo van a hacer, pero sí que den alguna muestra de entendimiento y paz social, además de dejar muy claro que no pretenden ser más que otras regiones en otros aspectos como la financiación autonómica. Que no pretenden ser egoístas para aprovechar la sartén y el mango, que no pretenden ser insolidarios con el resto de los ciudadanos y de las regiones españolas aunque existan precedentes de cesiones por parte también de gobiernos del PP como el de Aznar que ahora se rasga las vestiduras para que admiremos sus radicales libres y sus abdominales.

Un gobierno del PP y Vox habría inflamado de nuevo las calles en Cataluña y es probable que también en el País Vasco. Los nacionalistas no pueden o no deben caer en la fácil tentación de favorecer ese enfrentamiento con los nacionales para comprar apoyos electorales en sus territorios a cambio de abrir una nueva grieta que llene de inquietud a España y dé nuevos argumentos para la confrontación y el frentismo. El mundo ya está demasiado crispado y la paz merece más que nunca la pena.

De momento, parecen un avance las declaraciones de Pere Aragonès sobre el principio de acuerdo con Sánchez: "hay que avanzar por un acuerdo más amplio: resolución del conflicto político y bienestar de la gente". Porque hay muchas maneras de agradecer el perdón y también de dejar claro que se trata de poner las bases para el diálogo definitivo por encima de intereses electorales o económicos.

Aunque también se trate de restar argumentos a los apocalípticos que solo quieren recuperar el poder para fomentar una vez más las desigualdades y el apoyo decidido a los más ricos, algo que ya exhiben sin pudor alguno. 

elObservadorDCLM