Cultura o experiencia frente al populismo

El mejor antídoto contra el populismo es la cultura. Porque el populismo se basa en el engaño y la manipulación y el conocimiento es la mejor barrera para despreciar a quien quiere aprovecharse de la ignorancia o de la falta de experiencia.

Los populismos, las derechas ultras, utilizan sus argucias para incidir en los graves problemas y desprestigiar a los partidos y gobiernos de centro izquierda dando a entender que todo irá mucho mejor cuando ellos lleguen al poder. Es la segunda vuelta de tuerca de incumplir las promesas electorales porque ahora ni siquiera existen claros programas de gobierno: los ultras no los necesitan, les basta con montar una enorme maquinaria de insultos, mentiras y crispación. Eso sí, las consecuencias de cuando llegan al poder son siempre las mismas, desmontar el edificio social y desviar el dinero público de los impuestos -que nunca bajan aunque siempre lo propongan- a los negocios privados que les financian.

Los padres de los jóvenes argentinos que han votado a Melei saben bien lo que se les viene encima y salen a la calle a manifestarse abiertamente aunque el nuevo gobierno libertario les obligue a realizar sus protestas en orden y por las aceras.

Salvo honradas excepciones, los hijos se quedan en casa mirando sus móviles asombrados de descubrir que sus padres van a enfrentarse a las fuerzas del orden de Melei, el presidente al que ellos han votado.

Dejarse engañar por los populismos es una consecuencia de la pésima formación cultural de una generación que nunca se ha interesado por la vida real. En tiempos de sus padres se transmitía conocimiento sobre la historia y las conquistas sociales, una formación que continuaba en su vida diaria, en sus conversaciones con los amigos. 

Una visión muy superficial de la realidad es el mejor caldo de cultivo para creer en quienes les ofrecen espectáculo, crítica, frentismo, los ultras que sustituyen la acción política real por la claqueta, cámara, acción.

Ni siquiera existe ya un programa real de gobierno que las derechas han incumplido siempre, ahora se trata simplemente de engañar a los ignorantes y cuando aprendan, cuando la experiencia les enseñe que han sido engañados, los ultras habrán inventado nuevas películas y habrán exprimido sus cuatro años de gobierno democrático demostrando de verdad cuáles eran sus verdaderos intereses. En caso de que se descubra el pastel, nunca admitirán haber perdido las siguientes elecciones y montarán un nuevo espectáculo cuando no algo muy parecido a una dictadura. Siempre quedará asaltar el Capitolio.

elObservador DCLM