¡Yo no aguanto este sindiós!, o que un sacerdote "rece mucho para que se muera el Papa"

La expresión “esto es un sindiós” tiene su origen en la Semana Santa. Entre el Viernes Santo (muerte de Jesucristo) y el Domingo de Resurrección había quien aprovechaba el día de luto para organizar grandes fiestas descontroladas o bacanales, aprovechando precisamente la ausencia de Dios. Cuando una mañana amaneció por el oeste, el cabo Santos disparó al sol, gritando: “! Yo no aguanto este sindiós ¡”, momento mítico de la también surrealista y entrañable película de José Luis Cuerda “Amanece que no es poco”. 

Aprovechar un sábado que Cristo ha muerto para montar cirios y bacanales se queda corto en los últimos tiempos y supera los límites de la picaresca, mucho más desde la llegada de las corrientes de ultraderecha, absolutamente desatadas en un mundo ya de por sí extremo donde Putin amenaza con el exterminio de la humanidad y ya suman 25.000 los seres humanos muertos en Gaza por los mismos que un día sufrieron el holocausto. 

Los ultras de la derecha española desafían también lo que hasta ahora parecía para ellos sagrado, montando una campaña incalificable de desprestigio contra la monarquía y en particular contra la Reina Letizia. Algunos analistas consideran que la trama parte del Rey Emérito, molesto con las decisiones de la esposa de su hijo que, para muchos otros, sin embargo, han sido vitales en la complicada tarea de mantener la continuidad y el prestigio de la corona española tras los desmanes del emérito. Los ultras van más lejos y parecen molestos porque el rey actual no milite en Vox y no siga sus postulados.

Pero los mayores protagonistas de estas surrealistas bacanales sabáticas han sido un grupo de sacerdotes de distintas nacionalidades, entre ellos uno de Toledo. Participaban en una “tertulia sacerdotal contrarrevolucionaria”, emitida por YouTube donde el sacerdote de la Archidiócesis de Toledo, Gabriel Calvo Zarraute, confesó que él reza "mucho para que el Papa Francisco pueda ir al cielo cuanto antes". Su deseo de pedir a Dios a través de sus plegarias la muerte inminente del Papa, fue compartida por el sacerdote estadounidense Charles Murr, quien apuntó que él también se unía a las oraciones del padre Gabriel:  "Somos muchos con esa intención", dijo el toledano Calvo Zarraute: "Pues a ver si rezamos más fuerte".

El asunto no tiene desperdicio se mire por donde se mire: un subordinado eleva al cielo sus plegarias para pedir que su jefe se muera cuanto antes y se da la circunstancia de que ese jefe, a quien desean la muerte, es el jefe supremo de la iglesia católica, el sucesor del apóstol Pedro, vicario de Cristo y cabeza del Colegio Episcopal.

Igual que Letizia Ortiz con la monarquía, el Papa Francisco intenta salvar la institución de la iglesia católica implantando unas medidas absolutamente necesarias en el mundo de hoy, entre ellas la ausencia de abusos, pederastia y corrupción.

Debemos estar atentos porque el próximo 30 de marzo es Sábado Santo.

elObservadorDCLM